Australia aseguró este jueves que no cederá a la «coerción» de China, después de que el gigante asiático alertara a sus estudiantes de «incidentes racistas» en el país oceánico, en un nuevo episodio de crecientes tensiones comerciales que amenaza los multimillonarios ingresos de las universidades australianas.
El Ministerio de Educación de China instó esta semana a sus estudiantes a que reconsideren sus viajes de estudio a Australia debido a los «múltiples incidentes de discriminación contra descendientes asiáticos durante la pandemia», lo que ha sido desmentido por las autoridades australianas.
Los medios australianos han informado de algunos casos de acoso a asiáticos en los campus de Australia, pero las autoridades australianas afirman que es uno de los países más seguros para los estudiantes internacionales.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, subrayó este jueves en una entrevista con la emisora 2GB que él no va a «comercializar» los «valores» australianos «en respuesta a la coerción de quien venga», en referencia a la posición de su país en asuntos como la investigación del origen de la COVID-19, enfermedad causada por el virus del PCCh comúnmente conocido como nuevo coronavirus, o la política de China en Hong Kong.
En términos más diplomáticos, Morrison expresó que «Australia provee los mejores productos turísticos y educativos en el mundo y esto es convincente (…) Tengo mucha confianza en el atractivo de nuestros productos».
Las declaraciones de Morrison se dan en momentos en que su gobierno se prepara a reanudar en julio próximo todas las actividades económicas en Australia para intentar mitigar el efecto de la recesión a la que se encamina por primera vez en casi 30 años.
Un sector clave es la educación, que es una de las estrellas exportadoras de Australia, después del carbón, hierro y gas, y que aportó el año fiscal 2018-19 unos 37,600 millones de AUD (24,616 millones de USD o 22,588 millones de EUR), gracias a los 400,000 estudiantes extranjeros que llegaron al país, un 38.3 % provenientes de China.
Cadena de «represalias»
La advertencia de China a sus estudiantes se suma a la tensión comercial existente tras las medidas impuestas por Beijing contra sus importación de vacuno y cebada, que ha golpeado fuertemente a las exportaciones agroganaderas de Australia.
Estas medidas comerciales y las advertencias han sido interpretadas como una represalia por la propuesta impulsada por Camberra y la Unión Europea de investigar el origen de la pandemia de la COVID-19, aprobada el mes pasado por la Organización Mundial de la Salud.
Las represalias también se vinculan al anuncio la semana pasada del gobierno australiano de endurecer las leyes de inversiones extranjeras así como la condena de Australia, junto con Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, a la imposición de las polémicas nuevas leyes de seguridad por parte de China en Hong Kong.
Hoy, el diario Global Times de China advirtió que si Australia se une a Estados Unidos en una nueva guerra fría contra Beijing, «dada la gran dependencia de Australia de la economía china, una confrontación generalizada tendrá un efecto catastrófico en la economía australiana».
China es el principal socio comercial de Australia, cuyo intercambio bilateral fue de 235,000 millones de AUD (153,591 millones de USD o 141,615 millones de EUR) en el año financiero 2018-19, lo que representa un incremento del 20.5 % con respecto al período anterior.
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