La administración Trump, reelegida o no, seguirá siendo dura con Beijing, dijo el secretario de Estado Mike Pompeo el 10 de noviembre.
Pompeo dijo que la administración Trump «aún no ha terminado» en lo que respecta al «problema de China», ya que el Partido Comunista Chino (PCCh) sigue siendo «la amenaza número uno a la libertad del mundo», en un discurso pronunciado en el Instituto Ronald Reagan.
“El régimen de Beijing (…) es autoritario, es brutal y contrario a la dignidad humana y a la libertad”, dijo Pompeo, y agregó que el PCCh era un “monstruo marxista-leninista”.
Destacó los intentos de la administración para persuadir a Beijing de que practique la “rendición de cuentas, transparencia [y] reciprocidad”, comparándolos con las peticiones del expresidente de EE. UU. Ronald Reagan a la Unión Soviética.
“No más demandas ilegales en el mar Meridional de China, no más coacción y cooptación de empresas estadounidenses, no más consulados utilizados como guaridas de espías, no más robo de propiedad intelectual y no ignorar más las violaciones fundamentales de los derechos humanos. Y las atrocidades del partido en Xinjiang, en el Tíbet y otros lugares no serán toleradas”, dijo Pompeo.
Beijing ha seguido presentando demandas sobre la mayor parte de la vía marítima, así como las islas y arrecifes que se encuentran en la región, negándose a reconocer un fallo de las Naciones Unidas en La Haya en 2016 que concluyó que las demandas chinas eran inválidas. En julio, Estados Unidos rechazó formalmente las demandas del mar Meridional de China por parte de Beijing, calificándolas de «completamente ilegales».
Si bien Pompeo no nombró a un consulado chino específico durante su discurso, el Departamento de Estado ordenó el cierre del consulado chino en Houston en julio, citando los esfuerzos del puesto de avanzada para robar propiedad intelectual estadounidense. Beijing tomó represalias ordenando el cierre del consulado de Estados Unidos en Chengdu, capital de la provincia de Sichuan, suroeste de China.
Muchos países ahora están cerrando filas en torno a Estados Unidos para enfrentar a China, agregó. “La lucha es entre el autoritarismo, la barbarie por un lado y la libertad por el otro”, dijo Pompeo.
Pompeo señaló cómo cerca de 50 países se han suscrito a la iniciativa liderada por EE. UU., Clean Network —un programa que tiene como objetivo hacer que las redes de comunicaciones, los sistemas basados en las nubes y las apps móviles estén libres de la influencia china, así como excluir al gigante tecnológico chino Huawei de las redes 5G.
En una sesión informativa aparte del lunes 9 de noviembre, Pompeo dijo que 27 de los 30 aliados de la OTAN, 31 de 37 miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y 11 de los 12 miembros de las naciones de los Tres Mares, fueron participantes del programa de EE. UU.
Brasil es el último país en unirse a Clean Network. Según Reuters, el gobierno brasileño tomó la decisión de unirse al programa el 11 de noviembre, durante una visita del subsecretario de Estado de Estados Unidos, Keith Krach.
Pompeo también expresó la esperanza de un cambio adentro de China. Una vez que se elimine el gran firewall de Internet y la gente tenga libre acceso a la información, él considera que los chinos tomarían «un conjunto de decisiones diferentes» al del PCCh acerca del futuro de China.
«Al final, el pueblo de China será en definitiva determinante, al igual que el pueblo de la Unión Soviética fue al fin y al cabo determinante del curso de la historia dentro de ese país», dijo.
Pompeo es uno de los críticos más acérrimos del PCCh dentro de la administración Trump y, como resultado, en ocasiones ha sido ridiculizado y criticado por los medios estatales de China. Si bien la contienda presidencial de EE. UU. aún no ha finalizado, el agresivo medio de comunicación estatal de China, Global Times, tomó con satisfacción la idea de una administración estadounidense sin Pompeo.
El 9 de noviembre, publicó un artículo de opinión en inglés titulado «La era de Pompeo de la diplomacia del choque de trenes se acerca en un final volátil», en el cual escribió que el sucesor de Pompeo «deberá compensar el daño hecho a las relaciones entre China y EE. UU.».
En otro artículo publicado el 10 de noviembre, Global Times, citando a un investigador chino, dijo: “No importa quién se convierta en el próximo secretario de Estado de EE. UU., definitivamente lo hará mejor que Mike Pompeo. Nadie puede ser peor que Pompeo».
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