El presidente Donald Trump, el 22 de septiembre, dijo a la Asamblea General de las Naciones Unidas que el mundo «debe responsabilizar a China por sus acciones», que condujeron a la pandemia global de COVID-19.
«Estamos una vez más comprometidos en una lucha global. Hemos librado una feroz batalla contra un enemigo invisible, el virus de China, que se ha cobrado innumerables vidas en 188 naciones», dijo en un discurso pregrabado a los líderes mundiales.
Estados Unidos, añadió, es ahora pionero en las vacunas contra la COVID-19 que han entrado en la última fase de los ensayos clínicos.
El mandatario calificó al régimen chino como «la nación que desató esta plaga en el mundo», señalando que en las primeras etapas, cuando el virus surgió por primera vez en la ciudad central china de Wuhan, Beijing optó por bloquear las ciudades mientras «permitía que los vuelos salieran de China e infectaran al mundo».
«China condenó mi prohibición de viajar a su país, incluso cuando cancelan los vuelos nacionales y encierran a los ciudadanos en sus casas», dijo. Estados Unidos actualizó por primera vez su advertencia de viaje a China el 21 de enero, después de que se confirmara el primer paciente del virus con historial de viaje a Wuhan. Luego cerró sus fronteras a los viajeros procedentes de China el 30 de enero, el mismo día en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote como una emergencia sanitaria mundial.
Trump también criticó a la agencia de la ONU por ser cómplice del encubrimiento. «El gobierno chino y la Organización Mundial de la Salud, que está prácticamente controlada por China, declararon falsamente que no hay pruebas de transmisión entre humanos. Más tarde, dijeron falsamente que las personas sin síntomas no propagarían la enfermedad».
El 14 de enero, la OMS, citando a las autoridades chinas, dijo que no había «ninguna evidencia clara de transmisión entre humanos«, pero que era posible una «transmisión limitada entre humanos», «potencialmente entre familias«.
«Las Naciones Unidas deben responsabilizar a China por sus acciones», dijo Trump.
El régimen chino no admitió públicamente el riesgo de transmisión hasta el 20 de enero.
El Gobierno de Estados Unidos se ha vuelto cada vez más crítico con el régimen chino por su falta de transparencia durante la pandemia y sus abusos a los derechos humanos en las regiones de Xinjiang, Hong Kong y Mongolia Interior.
El lunes, los republicanos de la Cámara de Representantes dieron a conocer una auditoría en la que se afirma que el Partido Comunista Chino y la OMS son «culpables» de la propagación de la pandemia. Si hubieran actuado antes, según el informe de los miembros republicanos del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, probablemente se habría evitado un brote mundial.
«Está muy claro que si el PCCh hubiera sido transparente, y si el jefe de la OMS se hubiera preocupado más por la salud mundial que por apaciguar al PCCh, se podrían haber salvado vidas y se podría haber mitigado la devastación económica generalizada», dijo el lunes Michael McCaul (R-Texas), el principal republicano del comité, en un comunicado.
Varios legisladores han propuesto proyectos de ley que apuntan al papel de Beijing en la pandemia. En julio, seis senadores republicanos presentaron conjuntamente un proyecto de ley que permite a los estadounidenses afectados presentar demandas contra el gobierno chino en los tribunales estadounidenses.
«Los estadounidenses que han sido víctimas de las mentiras y el engaño del Partido Comunista Chino (PCCh) (…) merecen la oportunidad de que China rinda cuentas, y exigirle una compensación justa», declaró Martha McSally (R-Ariz.), en un comunicado de prensa del 20 de julio sobre el proyecto de ley.
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