La Asociación Nacional de Manufactureros de Estados Unidos, un grupo comercial con sede en Washington que representa al sector manufacturero del país, instó al presidente Joe Biden a adoptar una política dura hacia China para garantizar la igualdad de condiciones de las empresas estadounidenses.
«Para los manufactureros, China ha sido durante mucho tiempo un centro de subvenciones industriales injustas y un exceso de capacidad alimentada por el gobierno en áreas como el acero y el aluminio que distorsionan los mercados globales», declaró el grupo en una carta enviada a Biden el 17 de marzo.
«China sigue promoviendo políticas industriales discriminatorias, la transferencia forzada de tecnología y el robo de propiedad intelectual que perjudican a los fabricantes y trabajadores de Estados Unidos», añadió el grupo.
En la última década, el régimen comunista chino creó grandes empresas estatales en varios sectores, como el aluminio, el acero y los paneles solares, mediante cuantiosas subvenciones gubernamentales. Al mismo tiempo, Beijing recurrió al espionaje para robar secretos comerciales estadounidenses y a programas de contratación de personal para facilitar la transferencia de tecnología a China, todo ello para cumplir con sus ambiciones de ser una potencia tecnológica.
El expresidente Donald Trump, en un esfuerzo por hacer frente a las prácticas comerciales desleales de China, impuso aranceles a una larga lista de importaciones chinas, incluyendo el aluminio y el acero, lo que dio lugar a la «guerra comercial» entre Estados Unidos y China.
Las dos partes firmaron un acuerdo comercial de primera fase en enero de 2020, que exige a China comprar 200,000 millones de dólares adicionales en bienes y servicios estadounidenses durante 2020 y 2021, en comparación con los niveles de 2017. Sin embargo, un informe publicado en enero de este año encontró que China compró solo el 58 por ciento de lo que prometió bajo el acuerdo.
«La nueva estrategia debe incluir todas las herramientas disponibles, incluido el compromiso bilateral específico, el liderazgo asertivo de Estados Unidos en las instituciones globales y el compromiso estrecho y coordinado con los aliados y socios», escribió el grupo.
«El uso estratégico de herramientas legislativas y de control será fundamental para presionar a China a cambiar su comportamiento económico y para nivelar el campo de juego para los fabricantes y trabajadores en Estados Unidos», añadió.
El grupo tiene varias recomendaciones, una de las cuales es que Estados Unidos aplique «una presión clara y consistente» sobre China para que cumpla sus compromisos comerciales y económicos en el marco de la primera fase del acuerdo comercial.
«Un liderazgo global asertivo para asegurar que Estados Unidos —y no China— está escribiendo las reglas de la economía global post-pandémica y del sistema de comercio para beneficiar a los fabricantes y a los trabajadores de Estados Unidos», señaló el grupo como una de sus recomendaciones.
El grupo también pidió a Biden que hable activamente con sus socios comerciales de confianza en las Américas y Asia-Pacífico, para reforzar los lazos de la cadena de suministro y abordar los problemas de derechos humanos y laborales.
En respuesta a la carta del grupo, el senador Mike Rounds (R-S.D.) a través de Twitter dijo que cualquier conversación entre Biden y Beijing debería abordar el robo de propiedad intelectual por parte de China.
En enero, un profesor chino del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) fue detenido y acusado por no revelar su trabajo con entidades vinculadas al Partido Comunista Chino (PCCh). Ese mismo mes, un científico de alto nivel de la NASA se declaró culpable de mentir sobre sus vínculos con un programa de talentos respaldado por Beijing.
La carta del grupo se envió en el momento en que el secretario de Estado, Antony Blinken, y el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, tienen previsto reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi y con el diplomático superior de política exterior Yang Jiechi en Anchorage, Alaska, el 18 de marzo. La reunión supone el primer encuentro en persona entre altos funcionarios de los dos países desde que Biden asumió el cargo.
El 12 de marzo, Sullivan dijo que no esperaba que la fase uno del acuerdo comercial «fuera un tema importante de conversación» en Anchorage.
Los legisladores estadounidenses pidieron a Blinken y Sullivan que sean duros con China cuando se reúnan con Yang y Yi.
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