El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, habló con el principal diplomático de China por segunda vez en un mes, esta vez presionando a China para que sea totalmente transparente sobre la pandemia.
En una llamada telefónica del 15 de abril con el principal diplomático de China, Yang Jiechi, Pompeo destacó «la necesidad de una total transparencia e intercambio de información para combatir la pandemia de COVID-19 y prevenir futuros brotes», según un comunicado del Departamento de Estado.
Pompeo ha criticado en numerosas ocasiones a Beijing por encubrir la escala del brote en China y no compartir datos precisos.
Más recientemente, el 13 de abril, el secretario de estado le dijo a la emisora alemana Bild TV, que «el Partido Comunista Chino (PCCh) no proporcionó esa información de manera oportuna», de acuerdo a la transcripción del Departamento de Estado.
«Eso es muy desafortunado porque creó un riesgo real en todo el mundo», añadió.
Muchos legisladores estadounidenses han compartido las críticas de Pompeo, y algunos han propuesto una nueva legislación para responsabilizar a China de la propagación del virus del PCCh, comúnmente conocido como el nuevo coronavirus.
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La llamada telefónica de Pompeo se produjo el mismo día que el presidente Donald Trump declaró que la financiación de EE.UU. para la Organización Mundial de la Salud (OMS) se detendría durante 60 a 90 días, en espera de una revisión «para evaluar el papel de la Organización Mundial de la Salud en la mala gestión y el encubrimiento de la propagación del coronavirus».
Pompeo también habló con Yang sobre «la ayuda que el pueblo estadounidense entregó al pueblo de China en enero —y que sigue ofreciendo— y la gran importancia que le damos a la facilitación de las exportaciones de suministros médicos por parte de China para satisfacer la demanda crítica en Estados Unidos», según la declaración.
China fabrica gran parte de los suministros médicos que ahora se necesitan para ayudar a contener el virus o tratar a los pacientes.
Según un informe del 6 de abril publicado por el Servicio de Investigación del Congreso, Estados Unidos importó en 2019 unos 20,700 millones de dólares de productos farmacéuticos, equipos y productos médicos y suministros relacionados desde China, lo que representa el 9.2 por ciento del total de las importaciones de Estados Unidos.
Sin embargo, según el documento, las políticas de Beijing tras el brote del virus del PCCh, probablemente exacerbaron la escasez mundial.
Por ejemplo, el 3 de febrero, el Ministerio de Comercio de China ordenó a los gobiernos locales y a la industria que se aseguraran los suministros médicos críticos del mercado mundial, así como los insumos de materia prima relacionados con la medicina.
El ministerio también pidió a las oficinas regionales en China y otros países que trabajaran con las asociaciones de la industria china para asegurarse los suministros de las fuentes globales y que los enviaran de vuelta a China.
Mientras tanto, el ministerio de planificación económica de China ordenó a las fábricas locales relacionadas con la medicina, incluidas las líneas de producción que son propiedad de empresas estadounidenses, que fabricaran productos para uso doméstico.
El informe señaló que tales políticas «contribuyeron a una fuerte disminución de las exportaciones de China de estos medicamentos esenciales al mundo».
Durante los dos primeros meses de este año, China exportó a Estados Unidos menos suministros clave necesarios para la lucha contra COVID-19, en comparación con el mismo período del año pasado.
Por ejemplo, China exportó un 8% menos de guantes quirúrgicos y médicos; un 12% menos de gafas y anteojos; un 35% menos de respiradores y aparatos de respiración; además de un 70% menos de esterilizadores médicos. Mientras tanto, China importó mucho más de esos suministros de Estados Unidos: 93 por ciento, 164 por ciento, 209 por ciento y 317 por ciento, respectivamente, en comparación con el mismo período del año pasado.
Los medios de comunicación estatales de China, Xinhua y People’s Daily, no mencionaron las peticiones de Pompeo de transparencia y exportación de suministros en sus reportajes sobre la llamada telefónica. Los dos medios declararon que Yang expresó que China «está dispuesta a seguir compartiendo con Estados Unidos información y experiencia sobre el control de la epidemia».
En su última llamada telefónica en marzo, Pompeo condenó a China por propagar desinformación y rumores sobre el virus del PCCh. La llamada telefónica se produjo después de que el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, introdujo en Twitter una acusación infundada de que el virus había sido introducido en China por el ejército estadounidense.
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