Más de 90,000 boletas enviadas por correo a votantes registrados en el condado más grande de Nevada fueron regresadas sin poder entregarse, según un análisis de los datos electorales realizado por un grupo legal conservador.
El condado de Clark, que incluye el área metropolitana de Las Vegas, tomó la decisión extraordinaria de enviar boletas por correo a los casi 1.3 millones de votantes activos en el condado, en lugar de solo a aquellos que las solicitaron. El condado justificó la medida como para ayudar a las personas a votar de forma remota durante la pandemia de COVID-19.
Más de 450,000 votantes emitieron sus votos a través de boletas por correo. Pero el servicio postal regresó más de 92,000 boletas como no entregadas, según el informe de investigación de la Public Interest Legal Foundation (PILF) del 10 de marzo (pdf).
La cifra se basa en datos proporcionados en febrero por el registrador de votantes del condado de Clark, Joe Gloria, dice el informe. La Oficina de Elecciones del Condado de Clark no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
“La votación masiva por correo es un paso atrás para las elecciones estadounidenses. Hay millones de registros de votantes con información de dirección ‘activa’ poco confiable que finalmente enviará las boletas al lugar equivocado en una votación por correo”, dijo el presidente de la PILF, J. Christian Adams, en el informe.
Antes de las elecciones, la PILF criticó este tipo de envíos masivos de boletas en estados que aún no contaban con tales sistemas.
Todo el estado de Nevada informó que solo 5863 boletas por correo devueltas no entregadas en las Elecciones Generales de 2012, 2014, 2016 y 2018 combinadas, dice el informe, refiriéndose a las encuestas de la Comisión de Asistencia Electoral de EE. UU.
Adams apuntó también al proyecto de ley de reforma electoral H.R. 1 que fue aprobada recientemente por la Cámara de Representantes controlada por los demócratas.
El proyecto de ley de casi 800 páginas pasaría en gran medida el poder sobre las elecciones al gobierno federal. Descartaría las leyes estatales de identificación de votantes, permitiría el registro de votantes el mismo día, prohibiría los requisitos de firma de testigos para las boletas por correo y exigiría que las boletas por correo puedan llegar hasta 10 días después del día de las elecciones (mientras tenga el sello postal del día de las elecciones). También convertiría en un delito federal “comunicar o hacer que se comunique” información que sea deliberadamente falsa y esté diseñada para desalentar la votación y exige una plétora de otras medidas.
Los conservadores tienen como prioridad oponerse al proyecto de ley.
“El HR 1 hace más daño que bien al pueblo estadounidense y lo dejará en una desventaja constante para corregir los errores del sistema electoral que, en última instancia, afectan su facultad para votar de manera oportuna”, dijo Adams.
El proyecto de ley «básicamente codifica todo lo que fue irregular o absolutamente incorrecto o las oportunidades de fraude durante las elecciones del año pasado y lo convierte en la ley del país», dijo recientemente el fiscal general de Indiana, Todd Rokita, a Breitbart News.
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