Otra ciudad del centro de China notificó casos de ómicron el 10 de enero, la segunda ciudad en días, lo que incrementa los temores por los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, que están a pocas semanas de celebrarse.
Tianjin, que se encuentra a media hora de Beijing en tren, notificó 41 nuevas infecciones desde que el 8 de enero se confirmara que un niño y una mujer joven estaban infectados con la variante ómicron del virus que causa el COVID-19. Las autoridades sanitarias dijeron que aún no habían confirmado con qué variantes estaban infectadas la mayoría de las personas.
La ciudad portuaria respondió enviando a más de 75,000 residentes a una cuarentena centralizada durante el fin de semana y prohibiendo a los residentes salir de la ciudad a menos que sea necesario.
Pero ómicron ya ha llegado a la provincia central china de Henan, una región situada a unos 650 kilómetros al suroeste de Beijing.
La ciudad de Anyang, en Henan, una región que actualmente está luchando contra un brote de la variante delta, informó de dos casos de ómicron el 10 de enero. Las autoridades locales dijeron que la secuenciación del genoma muestra que las infecciones estaban vinculadas al brote de Tianjin.
Las autoridades dijeron que las infecciones se rastrearon hasta un estudiante universitario que regresó de Tianjin el 28 de diciembre de 2021, lo que sugiere que la variante altamente contagiosa ha estado circulando en las comunidades durante casi dos semanas. Anyang ya ha cerrado todas las escuelas y guarderías.
Dado que el régimen chino es conocido por no reportar completamente el número de casos del virus, es probable que las cifras oficiales no reflejen el verdadero total.
La aparición de la variante ómicron, más infecciosa, en el país supone una nueva emergencia en el periodo previo a los Juegos Olímpicos de Invierno, que se inaugurarán en Beijing el 4 de febrero. Las autoridades habían prometido previamente que los Juegos serían «seguros».
En vísperas de los Juegos Olímpicos, varias ciudades chinas han impuesto duras medidas de cierre y contención en el marco de la política de «cero-COVID» de Beijing. Los estrictos controles en la ciudad de Xi’an, en el centro de China, han causado dificultades para obtener alimentos y atención médica a muchos residentes. El día de Año Nuevo, una mujer embarazada abortó a la salida de un hospital tras negársele la atención al no poder presentar una prueba de COVID-19 válida.
En un comunicado del 9 de enero, el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Beijing ordenó a las personas que habían viajado a Tianjin desde el 23 de diciembre que se presentaran en sus comunidades de residencia y se sometieran a las pruebas de COVID-19.
Tianjin está a unos 70 kilómetros de Beijing. Se calcula que unas 100,000 personas viajan regularmente de un lado a otro, según el medio estatal Global Times.
En una rueda de prensa celebrada el 10 de enero, Gu Qing, director de la Comisión Municipal de Salud de Tianjin, subrayó que la ciudad daría prioridad al refuerzo de los controles en los viajes a Beijing.
Las personas que tengan intención de entrar en Beijing deberán obtener la aprobación de sus empleadores o de las autoridades de las comunidades residenciales antes de salir de Tianjin, dijo Gu a los periodistas.
Se han suspendido los trenes y autobuses a Beijing desde Tianjin. Las autoridades de Tianjin han establecido puntos de inspección en las salidas de las autopistas para disuadir a quienes pretenden entrar en Beijing desde Tianjin.
La megalópolis está poniendo en marcha pruebas obligatorias para sus 14 millones de residentes. El plan de pruebas masivas, que pretende completarse antes del 11 de enero, forma parte del esfuerzo por «evitar con determinación que el virus se propague a otras provincias, regiones y ciudades, especialmente a Beijing», dijeron las autoridades locales en una carta dirigida a los residentes el 10 de enero.
Hasta esa tarde, más de 9.6 millones de residentes se habían sometido a las pruebas, dijo Gu.
Tianjin no ha dado una orden de cierre total, pero ha sellado al menos 29 comunidades residenciales a partir del 9 de enero.
Dos destacadas universidades de Tianjin han ordenado a sus estudiantes que no salgan del campus, según el Global Times.
Los estrictos controles han preocupado a los estudiantes universitarios que esperaban ir a casa y quedarse con sus familias para las próximas vacaciones del Año Nuevo Chino, que comienza el 1 de febrero.
Con información de Reuters.
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