Comentario
Aunque para muchos occidentales no esté claro que el Partido Comunista Chino (PCCh) se está derrumbando, los chinos están bastante seguros de que la caída del régimen chino es inminente, ya que más de 375 millones de chinos han abandonado el PCCh y sus organizaciones afiliadas.
El PCCh —que está al borde de la crisis— ha vuelto a levantar la bandera del nacionalismo para salvarse.
Ha sido una táctica habitual durante el último siglo cuando se ha visto acorralado y no ha tenido otra opción.
La última campaña nacionalista comenzó con el sistema diplomático del PCCh cuando el secretario de Estado Antony Blinken dijo el 18 de marzo que Estados Unidos tenía «una profunda preocupación por las acciones de China, incluyendo Xinjiang, Hong Kong, Taiwán, los ciberataques a Estados Unidos, [y] la coerción económica hacia nuestros aliados».
En medio del dilema diplomático, el Comité Central de la Liga de la Juventud Comunista (LJC) se unió para iniciar un acalorado boicot a los productos extranjeros, con los portavoces oficiales del PCCh provocando el sentimiento nacionalista en el camino.
En conjunto, este incidente demuestra que Wang Huning, actual miembro del Comité Permanente del Politburó del PCCh, que controla no solo la LJC, sino también el Departamento de Publicidad del PCCh, y que tiene a los medios de comunicación oficiales como una de sus herramientas, está controlando el sistema diplomático desde la sombra.
Confrontación escenificada en Alaska
En las conversaciones de dos días de alto nivel en Alaska entre China y Estados Unidos, los días 18 y 19 de marzo, las dos partes de las conversaciones, encabezadas por el funcionario chino de política exterior Yang Jiechi, y Blinken por Estados Unidos, respectivamente, cruzaron fuego con toda la fuerza al comienzo de sus conversaciones, poniendo su conflicto bajo el foco internacional.
Yang habló durante 17 minutos sin dar tiempo a la traducción en los intervalos. El comentario más sorprendente que hizo fue: «Estados Unidos no tiene la capacidad de decir que quiere hablar con China desde una posición de fuerza. La parte estadounidense ni siquiera estaba cualificada para decir esas cosas hace 20 o 30 años, porque el pueblo chino no se lo cree».
Como muchos han dicho, las palabras de Yang eran para que las escucharan los chinos, con el fin de intensificar una nueva ola de sentimiento antiestadounidense entre los Little Pinks (término peyorativo para describir a los jóvenes adoctrinados por el régimen chino) nacionales. La actuación de Yang fue también para el jefe del PCCh, Xi Jinping.
Después de que Yang y el ministro de Asuntos Exteriores del PCCh, Wang Yi, abrieran dramáticamente las conversaciones con pistolas en mano, los medios de comunicación oficiales del PCCh colaboraron rápidamente e hicieron un gran negocio de ello. Un posteo en el portavoz del PCCh, el Weibo del Diario del Pueblo, era bilingüe, con las palabras de Yang en chino y una frase en inglés: «Dejen de interferir en los asuntos internos de China». El video del discurso de Yang se hizo viral en la Internet china y fue recibido con una avalancha de fanáticos de los Little Pinks.
Tanto Yang como Wang actuaban para Xi Jinping. Es cierto que, al igual que la lucha contra la epidemia, los asuntos exteriores también están bajo el «liderazgo personal y el despliegue personal» de Xi, que no se atreve a dejarlos en manos de otros. El Ministerio de Asuntos Exteriores del PCCh no parece tener nada que ver con el primer ministro chino Li Keqiang. ¿Quién está detrás de Xi, entonces? Es Wang Huning, el llamado consejero de Estado.
Wang está a cargo de una serie de áreas, incluyendo el trabajo de construcción del partido del PCCh, la ideología y la propaganda. También es miembro de varios comités, como la Comisión Central de Profundización de las Reformas, la Comisión Central de Asuntos Financieros y Económicos y la Comisión Central de Asuntos del Ciberespacio.
Lo más llamativo es que Wang fue el único miembro del Comité Permanente del Politburó que acompañó a Xi a reunirse con enviados diplomáticos de países extranjeros el 17 de julio de 2019, como secretario del Secretariado del Partido, que fue la primera vez en muchos años. Se cree que Wang ha sustituido a Li Keqiang para ayudar a Xi en la dirección de la diplomacia.
Es decir, el sistema diplomático del PCCh también se ha convertido en un territorio de intromisión de Wang.
Además, la propia propaganda del PCCh está bajo el control de Wang, y no es difícil juzgar que éste la manipula entre bastidores.
Boicot provocado por la polémica de Xinjiang
La cuestión del algodón de Xinjiang que ha provocado un boicot a los productos extranjeros está relacionada con varias empresas extranjeras, entre ellas H&M, que declararon públicamente el año pasado que dejarían de abastecerse de algodón de Xinjiang debido a la preocupación por los derechos humanos en la región.
Después de que la Unión Europea y muchos países occidentales sancionaran a funcionarios del PCCh por cuestiones de derechos humanos en Xinjiang el 22 de marzo, el Ministerio de Asuntos Exteriores del PCCh anunció el mismo día sanciones de represalia contra 10 funcionarios europeos y cuatro entidades, lo que intensificó el conflicto entre el régimen chino y la comunidad internacional, y creó un extraño trasfondo en la situación política de China.
El 24 de marzo, la LJC sacó a relucir el pasado en su cuenta de Weibo, subiendo la declaración de H&M del año pasado sobre su boicot al producto de la explotación del algodón de Xinjiang, pidiendo a H&M que «deje de yuejipengci» en inglés.
Explicó en otro posteo que «yuejipengci» en chino significa «ir más allá de la capacidad de uno para fingir un incidente por dinero». También se trata de la declaración de Yang Jiechi durante las conversaciones entre EE. UU. y China en Alaska, que representa una frase diplomática de pacotilla: «El pueblo chino no se lo cree».
Empezando por el ajuste de cuentas de la LJC, casi todos los medios de comunicación oficiales del régimen chino, incluyendo la CCTV y el Diario del Pueblo, lanzaron un ataque total contra H&M casi al mismo tiempo. La tormenta se extendió rápidamente a más de una docena de marcas internacionales como Nike y Adidas.
En su conferencia de prensa habitual del 25 de marzo, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores del PCCh, Hua Chunying, mostró una foto de esclavos estadounidenses de hace más de 100 años y la comparó con la foto actual en color de Xinjiang, argumentando que Estados Unidos también utilizó esclavos negros para cultivar algodón hace más de 100 años. Sin embargo, la supuesta foto de «esclavos negros recogiendo algodón» que mostró a los periodistas extranjeros fue expuesta por la revista estadounidense Newsweek como una tarjeta postal de los archivos de la Biblioteca del Congreso titulada: «El aparcero Sam Williams con familiares y trabajadores en el campo de algodón».
¿Por qué una declaración publicada hace un año por H&M se convirtió en material comprometedor para ser utilizado ahora por los medios de comunicación oficiales del PCCh? ¿Por qué ha provocado de repente un movimiento nacional en China contra las marcas extranjeras? ¿Por qué las organizaciones del PCCh, incluyendo su sistema de propaganda interna y su portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, se unieron a la lucha? Obviamente, al igual que la actuación de los altos diplomáticos chinos en Alaska, se prepararon en un esfuerzo coordinado.
La LJC es una de las llamadas organizaciones de masas del PCCh, un canal para que el PCCh conecte con el pueblo chino, especialmente con los jóvenes, y Wang es el director de la LJC, con la ideología y la propaganda también bajo la supervisión directa de Wang. La diplomacia del régimen chino es manipulada por Wang entre bastidores. Por lo tanto, este drama nacionalista parece estar bajo el mando de Xi Jinping, la llamada super autoridad en China, pero Wang es el verdadero director.
El giro hacia lo radical de Xi está diseñado por Wang
En los últimos años, Xi ha realizado frecuentes movimientos hacia lo radical, mostrando una tendencia a emular a Mao Zedong en varios campos. Al principio, pidió a los altos funcionarios del PCCh que estudiaran los escritos de Mao Zedong para abordar las negociaciones comerciales con Estados Unidos. Muchos de los discursos de Xi fueron copiados de Mao.
Xi afirma que «el tiempo y el impulso están de nuestra parte». En su política interior, presume del supuesto milagro humano de la erradicación de la pobreza y propone el llamado Plan Visión 2035. En su política exterior, considera que la tendencia mundial es que «Oriente está ascendiendo y Occidente está cayendo», y que Estados Unidos es su enemigo número uno. Todos estos son signos que indican el aumento del nacionalismo en general.
El giro hacia lo radical de Xi se debe a que ha sido profundamente influenciado no solo por la cultura del PCCh, sino también por Wang Huning, que tiene fácil acceso a él.
Wang, conocido como el «consejero de Estado para tres dinastías (ha servido a dos secretarios generales anteriores del PCCh, Jiang Zemin y Hu Jintao, y al actual secretario general, Xi)», ayudó primero a Jiang Zemin a elaborar la llamada «Teoría de Jiang Zemin«, y más tarde fue un importante promotor de la teoría de Hu «Perspectiva científica del desarrollo». También es el autor del «Sueño Chino» de Xi y del llamado Pensamiento de Xi que se añadió a la constitución del partido del PCCh en el XIX Congreso Nacional del PCCh.
Tras el XIX Congreso Nacional del PCCh, se publicaron en los medios del partido una serie de discursos internos de Xi Jinping que revelaban su orientación ideológica, y muchos de ellos fueron diseñados por Wang. Se dice que incluso cuando Xi asiste a conferencias internacionales, Wang le prepara unas pequeñas notas.
Ver cómo termina la farsa nacionalista de Wang
A pesar de la intención de Xi de apoyarse en él, el orgulloso trabajo de Wang ha sido expuesto de vez en cuando como un cumplido ambiguo.
Por ejemplo, el auge del nacionalismo en los dos años anteriores, representado por el documental «Amazing China» para glorificar al PCCh, se hizo añicos con un repentino conflicto comercial entre Estados Unidos y China. Además, reveló la realidad de que China ha dependido durante mucho tiempo de Occidente para sus tecnologías básicas. En ese momento, un grupo de funcionarios del PCCh se pronunció a través de los medios de comunicación de Hong Kong favorables a Beijing, criticando implícitamente el sistema de propaganda de Wang por perjudicar al país.
El año pasado, justo después del brote de la pandemia del virus del PCCh en Wuhan, China, el Departamento de Publicidad bajo el control de Wang lanzó un libro de propaganda, «Una batalla contra la epidemia: China combate el nuevo coronavirus en 2020», a finales de febrero, en el que se pregonaba el «gran amor del líder del país por el pueblo». El libro, que inicialmente iba a publicarse en cinco idiomas, incluido el inglés, fue retirado de las estanterías menos de una semana después de su lanzamiento debido a las reacciones negativas. Un ciudadano de Beijing, Xue Fumin, denunció con su nombre real que Wang, como miembro del Comité Permanente del PCCh encargado de la propaganda, debería rendir cuentas políticamente por su falta de atención al pueblo.
Aunque Wang ha sido protegido repetidamente por Xi, el sistema de propaganda del PCCh se ha convertido en objeto de burla para los ciudadanos chinos, y para la comunidad internacional.
El comentario de Yang «China no se lo cree» ha sido ridiculizado por los cibernautas chinos, haciendo frases similares con el patrón. Por ejemplo, «China no se cree la manera estadounidense, sino solo la manera de la revolución cultural de Mao»; «China no se cree la manera estadounidense, sino solo la manera que causó la muerte de 30 millones de personas en la hambruna de tres años».
El actual boicot a los productos extranjeros, al estilo de la rebelión de los bóxers, ha empezado a dar un giro de 180 grados. En Weibo se ven videos de gente quemando calzado deportivo de Nike y cortando ropa de H&M para desahogar su ira, y un centro comercial retiró las vallas publicitarias exteriores de H&M.
En medio de todo este caos, un Little Pink de Zhengzhou fue retirado por la policía en un lugar de protesta por boicotear a H&M.
Entonces, algunos medios de comunicación del PCCh empezaron a pedir que se vigilara a los «malos» que actuaban con demasiada agresividad en la campaña de boicot.
Un artículo titulado «Los malos se mezclan con las masas que boicotean a H&M», publicado el 26 de marzo en el Nanfang Daily, portavoz del comité provincial del PCCh en Guangdong, pedía a sus lectores que «desconfiaran de algunas acciones irracionales y de los intentos de enturbiar el agua con la intención de hacer un cumplido ambiguo».
¿Son los Little Pink o el portavoz del PCCh los que están siendo irónicos? Por supuesto, es el propio portavoz del PCCh, porque ellos iniciaron el impulso del boicot.
Algunos internautas dijeron que la gente no debería seguir ciegamente las tendencias, ya que eso supone seguir al PCCh.
De hecho, no es difícil imaginar que las llamadas manifestaciones patrióticas antijaponesas que se produjeron hace diez años en China acabaron estabilizándose. El PCCh avivó el fuego del nacionalismo también entonces contra Japón y las empresas japonesas.
El PCCh afirma que quiere que la gente sea patriótica, pero en realidad no lo permite. Amar al país hace que el gobierno del Partido sea inestable. En realidad quiere que la gente ame ciegamente al PCCh. En un país en el que no hay derechos humanos, ni libertad de pensamiento, ni libertad de expresión, y en el que incluso los ciudadanos tienen miedo de apelar al gobierno, solo hay un drama nacionalista manipulado por los que están en el poder, y cuando llega el momento de dispersarse, es el momento de dispersarse.
Yue Shan es un escritor independiente que en sus primeros años trabajó para las organizaciones gubernamentales del PCCh y las empresas inmobiliarias chinas que cotizan en bolsa. Está familiarizado con el funcionamiento interno del sistema del PCCh y sus relaciones políticas y empresariales y se dedica a analizar la política china y las tendencias actuales. Lleva mucho tiempo colaborando con varios medios de comunicación chinos con sede en Estados Unidos y Taiwán.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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