El régimen dirigente de China pretende socavar el actual sistema internacional y sustituirlo por un orden marxista dirigido por Beijing, según un nuevo informe de un órgano consultivo del Congreso estadounidense.
«Las ambiciones del Partido Comunista Chino (PCCh) de alcanzar el liderazgo mundial se han hecho más evidentes en este año del centenario del PCCh», dijo la presidenta de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad Estados Unidos-China (USCC), Carolyn Bartholomew, en el acto de presentación del informe el 17 de noviembre.
Bartholomew dijo que el PCCh continuó ampliando su confrontación con otras naciones a lo largo de 2021, y que su agresión era una preocupación creciente entre la comunidad internacional.
«Anunciando su objetivo de proporcionar al mundo un ‘nuevo modelo de progreso humano’, el gobierno chino profundizó su adopción de la agresión, el comportamiento de guerrero lobo y la coerción, aumentando la preocupación en todo el Indo-Pacífico y en otras partes del mundo sobre el ascenso de China», dijo.
El informe bipartidista de 551 páginas se publicó apenas unos días después de la primera cumbre virtual entre el presidente Joe Biden y el secretario general del PCCh, Xi Jinping, que no logró avances sustanciales para aliviar las tensiones actuales entre ambas naciones.
En el informe, la comisión destacó la amenaza que supone el PCCh para las naciones democráticas de todo el mundo, añadiendo que la ideología marxista del PCCh y su incapacidad para aceptar la crítica lo estaban poniendo en el camino del conflicto global.
«Al carecer de un sistema de gobierno representativo, el PCCh también utiliza las afirmaciones sobre la superioridad de su modelo político para justificar su gobierno autoritario y considera cualquier crítica o admisión de fracaso como una amenaza a su legitimidad», afirma el informe.
«Los líderes del PCCh se sienten así obligados a destacar lo que consideran ventajas del sistema autoritario de China, incluso ante los claros fallos del sistema».
El informe también señalaba un aumento de la retórica entre los dirigentes del PCCh que afirma que el Partido se ha estado preparando para una confrontación entre el «orden de China» y el «caos de Occidente». Destacó un creciente compromiso para combatir a los «enemigos fuertes», un término frecuentemente utilizado por el PCCh para describir a Estados Unidos.
Además, el informe describía que, cuando el PCCh conmemoró el centenario de su fundación a principios de año, sus dirigentes instaron al pueblo chino a «prepararse para una confrontación de décadas con Estados Unidos y otras democracias sobre el futuro del orden mundial».
Los líderes del PCCh reafirmaron su dedicación al desarrollo y la proliferación del marxismo-leninismo en el Sexto Comunicado del Pleno de la semana pasada, en el que defendieron el «socialismo con características chinas» y dijeron que estaban «creando un nuevo modelo para el progreso humano».
En relación con esto, el informe concluyó que el PCCh estaba adoptando un enfoque de todo el gobierno para socavar a Estados Unidos y sus aliados. El Partido, decía, se dedicaba a subvertir las instituciones internacionales y a construir nuevas instituciones regionales e internacionales con las que sustituirlas en un intento de expandir la influencia comunista china en el extranjero.
Grandes ambiciones
El miembro de la Comisión Jim Talent, exsenador, describió las aspiraciones del PCCh como «globales» y dijo que su ideología autoritaria estaba orientada a sustituir a Estados Unidos, no a coexistir con él.
«Su intención (…) es avanzar hacia su ‘comunidad de destino humano común’, que está bastante claro que definen como la sustitución del actual orden internacional basado en normas por uno que se asemeje a una jerarquía, con China en la cima», dijo Talent.
«Creo que todos estamos comprendiendo el alcance de esa ambición».
El informe señalaba múltiples relatos en los que el PCCh intentaba hacer realidad esas ambiciones en el extranjero, incluyendo libros de texto militares y campañas de desinformación y guerra política.
La última edición del libro de texto para oficiales del ejército chino, por ejemplo, incluye un nuevo capítulo sobre la guerra política que dice que los futuros conflictos requerirán un «frente oculto» entrenado para «incitar a la deserción» entre el enemigo.
Otro ejemplo incluido en el informe documenta una petición del gobierno canadiense para que el PCCh libere a dos canadienses, ampliamente considerados como prisioneros políticos en el marco de la campaña de «diplomacia de rehenes» de Beijing. Los diplomáticos chinos respondieron a la petición aprovechando temas candentes para deslegitimar al gobierno canadiense, acusando a la petición de promover «el egoísmo occidental y la supremacía blanca».
En otro caso, el diplomático de más alto rango del régimen chino, Yang Jiechi, entregó una lista de exigencias a la Administración de Biden que esbozaba lo que Estados Unidos tendría que hacer para tener una relación constructiva con China.
Decía que Estados Unidos debía abandonar toda competencia contra China, cesar todos los esfuerzos para frenar las operaciones de influencia del PCCh dentro de Estados Unidos y guardar silencio sobre el comportamiento desestabilizador del PCCh hacia Taiwán y las violaciones de los derechos humanos en Hong Kong, Tíbet y Xinjiang.
La lista, según el informe, es un indicio de las esperanzas más amplias del PCCh en su relación con Estados Unidos.
«La estratagema de Yang sugiere que China ya no busca cooperar o encontrar un terreno común, sino que ahora dicta que Estados Unidos debe someterse a todas las preferencias de China», afirma el informe.
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