El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, viajó el lunes a la frontera entre Estados Unidos y México en medio de la crisis de inmigración ilegal en esa zona.
Mayorkas fue a Del Río, una ciudad fronteriza de Texas que se ha visto abrumada por miles de inmigrantes ilegales en los últimos días.
Mayorkas realizó el viaje «para recibir un informe operativo sobre las medidas que se están tomando para hacer frente a la situación en el sector», dijo el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés). También tenía previsto reunirse con socios estatales y locales y hablar con los periodistas.
Miles de inmigrantes ilegales, muchos de ellos procedentes de Haití, se han concentrado en los últimos días bajo el puente internacional de Del Río, Texas, lo que pone de manifiesto el fracaso de la Administración de Biden a la hora de frenar el aumento de la inmigración ilegal desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo en enero.
El alcalde de Del Río, el demócrata Bruno Lozano, ha hecho reiterados llamamientos a los funcionarios de la administración para que presten atención a lo que está ocurriendo, destacando a Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris.
Lozano dijo que puso a Mayorkas al corriente de las últimas actualizaciones el domingo por la mañana y que estaba «agradecido de recibir un plan de acción inmediato».
El DHS cerró los puestos de control en Texas el viernes y comenzó a expulsar a algunos de los inmigrantes durante el fin de semana.
La agencia envió a unos 400 agentes y oficiales a la zona para tratar de controlar la situación. También ayudó a trasladar a miles de inmigrantes a otros lugares de tramitación para aliviar la aglomeración en Del Río y comenzó las conversaciones con los países de origen de los inmigrantes para que los acepten de vuelta. Tres vuelos de repatriación enviaron el domingo a 327 haitianos a Puerto Príncipe, dijo un portavoz del DHS a The Epoch Times en un correo electrónico.
La Casa Blanca, por su parte, dio instrucciones a las agencias federales para que trabajen con el gobierno haitiano y otros gobiernos a fin de proporcionar asistencia a los inmigrantes una vez que sean devueltos a su lugar de origen.
Más allá de esas medidas, «la Administración Biden ha reiterado que nuestras fronteras no están abiertas y que la gente no debe hacer el peligroso viaje», dijo el DHS en un comunicado el sábado, y añadió: «Las personas y las familias están sujetas a restricciones fronterizas, incluida la expulsión. La migración irregular supone una amenaza significativa para la salud y el bienestar de las comunidades fronterizas y para la vida de los propios migrantes, y no deberían intentarlo».
«Ciertamente estamos viviendo una situación difícil, pero estamos aumentando los recursos y tenemos un enfoque múltiple para esto», dijo Mayorkas en la CNN. También dijo que el Departamento de Defensa iba a proporcionar recursos; el departamento no respondió a una consulta.
Mayorkas dijo que los haitianos que llegaron antes del 29 de julio obtendrían un estatus de protección temporal, pero que los que llegaron después serían repatriados.
La Casa Blanca no ha comentado la situación. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, no realizó una sesión informativa el viernes. Biden salió de Washington el viernes para pasar unas vacaciones de fin de semana en Rehoboth Beach, Delaware, donde ignoró las preguntas de los periodistas. El sábado, Harris apareció en un partido de fútbol universitario en Washington para hacer el lanzamiento de la moneda.
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