El violento ataque a la imprenta del Epoch Times de Hong Kong fue «terrible, pero no inesperado», dada la decreciente libertad en la ciudad, dijo el exsecretario de Estado Mike Pompeo.
«El Partido Comunista Chino sigue demostrando que no va a cumplir su acuerdo sobre la libertad del pueblo de Hong Kong», dijo en una declaración a The Epoch Times. «Estados Unidos debe enviar un mensaje claro de que no se tolerará que se siga oprimiendo al pueblo de Hong Kong y erosionando sus libertades, en particular la libertad de prensa».
Alrededor de las 4 de la madrugada del 12 de abril, cuatro hombres enmascarados que empuñaban mazos irrumpieron en la imprenta. Destrozaron los equipos de la imprenta y lanzaron escombros, dañando varios ordenadores y el panel de control central de la imprenta. La intrusión, que duró unos dos minutos, obligó al Epoch Times de Hong Kong a detener temporalmente la impresión, justo unos días antes de que destacados activistas prodemocráticos locales vayan a comparecer ante el tribunal.
Ha sido el segundo ataque que sufre la planta de impresión en 18 meses. Durante ese periodo, el régimen chino ha reforzado considerablemente su control sobre la ciudad. La asamblea legislativa de Beijing aprobó una ley de seguridad nacional que prohíbe delitos ampliamente definidos como la secesión, la subversión, el terrorismo y la colusión con fuerzas extranjeras, y más recientemente, una propuesta para permitir que solo gobiernen en Hong Kong quienes se consideren patriotas.
La libertad de prensa en la ciudad también ha disminuido desde que la antigua colonia británica volvió a ser gobernada por China en 1997. En la actualidad ocupa el puesto 80 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras, frente al puesto 18 que ocupaba en 2002.
«Este ataque a The Epoch Times es otro ejemplo deplorable de las crecientes amenazas a la libertad de los medios de comunicación y la libertad de expresión en Hong Kong, y debe ser condenado inequívocamente», declaró Benedict Rogers, cofundador y director ejecutivo de Hong Kong Watch.
«No me cabe duda de que uno de los principales —si no el mayor— ‘crímenes’ de los que el PCCh responsabiliza a los hongkoneses amantes de la libertad es el de haber mostrado al mundo entero la verdadera cara de este cruel régimen», dijo Laura Harth, de Safeguard Defenders. Añadió que «la prensa libre de Hong Kong abrió una ventana de valor invaluable hacia la verdadera naturaleza del PCCh y su desprecio por los valores universales».
«Muchos de nosotros nos preguntamos hasta cuándo se permitiría la continuidad de estas valientes voces y del personal de prensa, y desgraciadamente la respuesta está quedando clara con demasiada rapidez», dijo.
Señaló que el gobierno tomó medidas para procesar a Jimmy Lai, magnate de los negocios y editor del periódico local Apple Daily. La periodista Yvonne Tong, de la emisora pública RTHK, quien anteriormente cuestionó a un funcionario de la Organización Mundial de la Salud sobre Taiwán, renunció al parecer bajo presión y borró todos los tuits de su cuenta personal de Twitter.
Si a esto se suma el «atroz ataque a la imprenta del Epoch Times de ayer, la intención del régimen es demasiado clara: imponer el mismo muro de censura y control que impera en el continente, impidiendo al mundo su derecho a saber y la posibilidad de actuar en base a esa evidencia», dijo Harth.
Funcionarios de Estados Unidos y de otros países también mostraron su apoyo tras los actos vandálicos.
«El reciente ataque a la imprenta Epoch Times de Hong Kong es un ataque directo contra las libertades que apreciamos en Estados Unidos y merece una condena universal», dijo el representante Byron Donalds (R-Fla). «El mundo ha visto de primera mano el impacto mortal de la falta de transparencia del PCCh, y debemos tener más organizaciones de periodistas que informen sobre las atrocidades de este régimen».
El representante Louie Gohmert (R-Texas) dijo que The Epoch Times «se destaca como un recurso valioso en la lucha por la verdad y la información justa».
«El ataque a su imprenta en Hong Kong es una vieja batalla entre el bien y el mal, ya que personas deshonestas y sedientas de poder atacan la libertad de expresión en todo el mundo», dijo a The Epoch Times. «Esperemos que haya valientes amantes de la verdad que hagan oír su voz para condenar esta barbaridad».
Markus Wiechel, miembro del Parlamento sueco, calificó la intrusión como «una noticia terrible», y añadió que el medio «cumple una función extremadamente importante como uno de los pocos medios de comunicación independientes en Hong Kong» para aportar opiniones sin censura.
«Sobre todo en estos tiempos en los que vemos violaciones recurrentes de los derechos humanos y las libertades fundamentales, que por supuesto también incluyen el derecho a la libertad de prensa y de expresión, quienes defienden estos valores inviolables también tienen que actuar», dijo.
Lucio Malan, miembro del Parlamento italiano, dijo que el ataque del lunes es «otro acto de brutalidad contra la democracia y la libertad de Hong Kong por parte del régimen de Beijing».
«Que un ataque de este tipo pueda producirse sin la complicidad de las autoridades comunistas chinas queda totalmente descartado», dijo en una declaración a The Epoch Times. «Junto a la sofisticada tecnología del siglo XXI, Beijing también utiliza métodos que tienen cien o doscientos años de antigüedad».
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