El ejército de Taiwán derribó un dron que sobrevolaba una de sus islas el 1 de septiembre, en medio de la creciente hostilidad con la China comunista.
El dron entró en el espacio aéreo sobre el islote Shi haciendo caso omiso de varias bengalas y disparos de advertencia, informó el mando militar local, según ABC.
El incidente se produjo solo un día después de que Taiwán utilizara munición real para alejar un dron chino de la misma cadena de islas, a pocos kilómetros de la costa de China continental.
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, dijo que había ordenado al Ministerio de Defensa que tomara las «contramedidas necesarias y fuertes» para defender el espacio aéreo de Taiwán tras ese incidente.
«Quiero decirles a todos que cuanto más provoque el enemigo, más tranquilos debemos estar», dijo Tsai.
«No provocaremos disputas y ejerceremos la autocontención, pero eso no significa que no vayamos a contraatacar».
El Ministerio de Defensa de Taiwán dijo que el dron que derribó el jueves estaba diseñado para «uso civil», pero no especificó más su tipo ni el equipo que podía llevar.
El Partido Comunista Chino (PCCh), que gobierna China como un Estado de partido único, afirma que Taiwán es una provincia rebelde de China. Sus dirigentes han prometido unir la isla con el continente y han afirmado que están dispuestos a utilizar la fuerza militar para lograrlo.
Sin embargo, Taiwán es un país autónomo desde 1949 y nunca ha estado controlado por el PCCh. Además, su gobierno democrático y su próspera economía de mercado la convierten en un socio comercial vital con numerosos países, incluido Estados Unidos.
Las tensiones entre el PCCh y el gobierno democráticamente elegido de Taiwán han sido muy fuertes desde principios de agosto, cuando la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitó Taipéi. Funcionarios del PCCh afirmaron que la visita era una violación de su supuesta soberanía sobre Taiwán, aunque no es inusual que las delegaciones estadounidenses visiten la isla.
Las fuerzas chinas organizaron sus mayores ejercicios conjuntos en la región como respuesta, llegando a disparar misiles hipersónicos directamente sobre Taiwán, que luego aterrizaron en las aguas de la zona económica exclusiva de Japón. Las fuerzas del PCCh también rodearon y bloquearon temporalmente la isla, al mismo tiempo que lanzaban una serie de ciberataques contra la infraestructura taiwanesa.
El ministro de Asuntos Exteriores de Taiwán dijo que las maniobras del PCCh eran una preparación para una invasión de la isla y, desde entonces, el PCCh y Taiwán han realizado una serie de simulacros militares de duelo.
Del mismo modo, los dirigentes estadounidenses afirmaron que el régimen comunista intentaba cambiar unilateralmente el statu quo sobre Taiwán y que utilizaba la visita de Pelosi como pretexto para lanzar una campaña de intimidación militar previamente planificada.
«No hay ninguna razón para que exista esta crisis fabricada», dijo el coordinador de comunicaciones del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
«Las acciones provocadoras de Beijing son una escalada significativa en su intento de larga data de cambiar el statu quo».
La Casa Blanca también dijo que el PCCh había «exagerado» con su agresión «desestabilizadora» hacia Taiwán.
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