El régimen chino provocó más la indignación internacional luego de que su legislatura títere aprobara oficialmente una ley de seguridad nacional el 28 de mayo destinada a sofocar la disidencia en Hong Kong.
Proclamando a Hong Kong como un «bastión de la libertad», Estados Unidos y sus principales aliados; el Reino Unido, Australia y Canadá, emitieron una declaración conjunta en la que regañan la medida de Beijing, y advierten que la ley podría poner en peligro la condición de la ciudad como centro internacional conocido por su estado de derecho y sus libertades civiles.
Los países dijeron que la propuesta, la cual pasó por alto la legislatura de Hong Kong para prohibir directamente cualquier acto de «secesión, subversión y actividades terroristas», «entra en conflicto directo con las obligaciones internacionales [de China]» y corre el riesgo de exacerbar los conflictos existentes en la ciudad, donde las protestas se reavivaron recientemente.
Advertencias
En una conferencia de prensa en Londres luego de la noticia de China, el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, instó al régimen chino a «dar un paso atrás y cumplir con sus responsabilidades como miembro destacado de la comunidad internacional».
Si «China continúa por este camino», el Reino Unido otorgará mayores derechos de visa a los ciudadanos de Hong Kong que tengan un pasaporte BNO (ciudadano británico en el extranjero), al revocar su límite de visitas de seis meses, allanando el camino para que se reubiquen en el país, dijo Raab.
De acuerdo con el gobierno del Reino Unido, hasta 300,000 hongkoneses nacidos antes de que la antigua colonia británica volviera al dominio chino en 1997 tienen este tipo de pasaportes.
Mientras tanto, los funcionarios de Estados Unidos se comprometieron a castigar a Beijing por violar las libertades de Hong Kong.
«Estados Unidos debe hacer que China rinda cuentas. La decisión del PCCh de hoy tendrá consecuencias para las generaciones venideras», escribió la senadora estadounidense Marsha Blackburn (R-Tenn.), refiriéndose al Partido Comunista Chino, horas después de que Beijing aprobara la controvertida ley. «Hoy todos somos hongkoneses», añadió.
Gran parte de los detalles de la ley serán revelados en los próximos meses, pero los críticos han advertido que sus implicaciones se extenderán mucho más allá de los límites territoriales de la ciudad.
«Dos grandes lecciones de lo que el Partido Comunista está haciendo a Hong Kong», según el senador Marco Rubio (R-Fla.), es que el régimen puede «firmar virtualmente cualquier acuerdo porque si/cuando les conviene romperán cualquier compromiso que hayan hecho»; y «lo que están haciendo hoy a Hong Kong es lo que tienen en mente para Taiwán en el futuro», escribió Rubio en Twitter.
Situación especial en riesgo
Un día antes, el Secretario de Estado Mike Pompeo, citando «hechos sobre el terreno», certificó que Hong Kong ya no es autónomo de China continental por lo que no seguirá mereciendo un trato especial en virtud de la legislación de Estados Unidos. Estos privilegios incluyen las áreas de comercio, inversión e inmigración que han protegido a Hong Kong de los actuales aranceles estadounidenses a miles de millones de dólares en bienes chinos.
No está claro si la administración Trump procederá a revocar los privilegios especiales de Hong Kong, lo cual requiere una orden ejecutiva del presidente.
«Si bien Estados Unidos alguna vez esperó que Hong Kong, libre y próspero, proporcionara un modelo para la China autoritaria, ahora está claro que China está modelando Hong Kong a su manera», dijo Pompeo en una declaración.
En virtud de la Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong aprobada el año pasado, el Departamento de Estado debe evaluar anualmente si Hong Kong tiene suficiente independencia política para mantener su condición de entidad separada de China continental.
El secretario de Estado Adjunto para Asia Oriental, David Stilwell, dijo el miércoles que Estados Unidos podría ejecutar «una lista muy larga de cosas» para hacer que Beijing cambie su posición.
«La RPC [República Popular China] creo que ha tratado de pintar esto como que respetarían la libertad económica en Hong Kong sin sentirse obligados a respetar la libertad política. No se puede tener una sin la otra», dijo Stilwell a los periodistas en una reunión telefónica.
Las medidas de Estados Unidos podrían aplicarse «en todos los ámbitos», incluyendo la prohibición de entrada a los funcionarios chinos responsables y la imposición de sanciones económicas, dijo Stilwell, advirtiendo que no «pronosticaría ni limitaría lo que podría ser».
Las acciones de Hong Kong cayeron un 0,7 por ciento al cierre, con un rendimiento inferior al de la mayoría de las acciones de Asia.
El presidente Donald Trump dará una conferencia de prensa el viernes sobre China. A principios de la semana, Trump dijo que tomaría medidas contra Beijing si la ley proseguía, pero se negó a dar detalles.
En una muestra de apoyo a la ciudad, alrededor de 630 legisladores de todo el mundo han firmado una carta conjunta condenando la introducción unilateral de la ley de seguridad nacional por parte de Beijing.
«La muerte de la democracia en Hong Kong debería ser una grave preocupación para todos nosotros», escribió Benedict Rogers, cofundador del grupo de defensa de Hong Kong Watch, con sede en el Reino Unido, en la carta.
«Esperamos que esta declaración internacional de los legisladores de todos los partidos políticos y geográficos envíe un claro mensaje a Beijing, de que el mundo no consentirá dócilmente el desmantelamiento del modelo ‘Un país, Dos sistemas’ de la noche a la mañana», indicó Rogers, refiriéndose al marco que Beijing prometió para gobernar Hong Kong, preservando su autonomía.
La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi ( D-Calif.), dijo el jueves que estaba «decepcionada» con la decisión de la adminitración Trump sobre el estatus de Hong Kong, pero que «no hay otra decisión a la que llegar».
«Todos deberíamos estar hablando en contra de ese acto de seguridad, no solo Estados Unidos (…) la gente de todo el mundo debería hablar en contra», dijo en una conferencia de prensa. «Es un movimiento descarado por parte del gobierno chino».
Beijing ha estado inusualmente tranquilo luego de la descertificación de Hong Kong por parte de EE.UU. y aún no ha hecho declaraciones públicas.
Durante una conferencia de prensa el jueves, luego de la votación ceremonial, el viceprimer ministro chino Li Keqiang solo dedicó 45 segundos a hablar de la ley y miró sus papeles tres veces.
Video relacionado
¿Terminará Hong Kong como la Plaza Tiananmen?
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.