China presiona a marcas de ropa para que se retracten de su postura sobre trabajo forzado en Xinjiang

Por Eva Fu
25 de marzo de 2021 9:21 PM Actualizado: 25 de marzo de 2021 9:21 PM

El régimen chino se enfrenta a marcas extranjeras de ropa y calzado debido a los efectos secundarios mundiales de su genocidio contra los uigures y otras minorías musulmanas en la región de Xinjiang. Sin dejarse intimidar por la creciente condena internacional por sus abusos contra los derechos humanos, Beijing está presionando a las empresas para que cambien su posición sobre Xinjiang mediante el boicot.

El régimen ha ventilado declaraciones pasadas de las empresas —algunas de ellas de hace dos años— distanciándose de la fuente de los materiales procedentes de la región del noroeste de China por posibles abusos de trabajos forzados. Espera avivar el fervor nacionalista y fomentar un boicot nacional.

La furia de Beijing se produjo días después de que Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y Reino Unido emitieran sanciones conjuntas contra funcionarios chinos por su papel en la persecución de los uigures y otras minorías étnicas en Xinjiang.

Ya hay una docena de marcas que están sintiendo la ira de Beijing. Nike, H&M, Tommy Hilfiger, Converse, Puma y Calvin Klein han perdido a sus embajadores de marca, ya que las celebridades chinas —que se enfrentan a las acusaciones de los trolls chinos de Internet se han apresurado a cortar sus vínculos.

Los principales sitios de comercio electrónico chinos, como Taobao, propiedad de Alibaba, Pinduoduo y JingDong Mall, han retirado los productos de H&M, mientras que algunos influencers chinos de Internet apoyaron con entusiasmo las marcas nacionales. Un posteo que circula por las redes sociales chinas enumera más de 30 marcas extranjeras que sugiere boicotear.

«El algodón blanco e inmaculado de Xinjiang no tolera calumnia alguna», dijo Gao Feng, portavoz del Ministerio de Comercio de China, en una rueda de prensa el 25 de marzo.

Hua Chunying, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, rechazó la acusación de trabajo forzado como un «rumor malicioso» y dijo que las empresas «pueden juzgar lo que deben hacer».

«Cualquiera que ofenda al pueblo chino debe prepararse para pagar el precio», dijo en una conferencia de prensa ese mismo día. «El pueblo chino no permitiría que los extranjeros obtuvieran beneficios en China por un lado y desprestigiaran a China por otro».

La Administración Trump determinó que en Xinjiang se estaba produciendo un «genocidio» y «crímenes contra la humanidad», citando la detención de más de un millón de musulmanes, junto con la esterilización, los trabajos forzados y la tortura. En diciembre, Estados Unidos también prohibió todas las exportaciones de algodón y tomate de la región, alegando el uso de trabajo forzado. Xinjiang suministra alrededor del 20% del algodón mundial.

El régimen, que ya había calificado a Xinjiang como uno de sus problemas provocadores, ha tomado represalias imponiendo sanciones a funcionarios y académicos europeos, aunque hasta ahora la acción ha suscitado más rechazo por parte de los países occidentales.

«Nunca pensé que escribiría esta frase: «¡Solidaridad con Nike!». Reinhard Bütikofer, legislador alemán y miembro del Parlamento Europeo que fue incluido en la lista de sanciones chinas, escribió en un posteo de Twitter el 24 de marzo.

Sin embargo, el boicot ha puesto de manifiesto la inestable situación de las empresas occidentales que pretenden abastecer el mercado chino, en el que la política y el consumo están cada vez más entrelazados. Los nacionalistas chinos ya han criticado a las empresas extranjeras por reconocer a Taiwán como país autogobernado y apoyar la democracia en Hong Kong.

La cadena estatal china CCTV, en un artículo de opinión del 24 de marzo, afirmó que H&M había cometido un «error de cálculo» y un «paso en falso», y que «definitivamente pagaría caro sus errores».

Una campesina recogiendo algodón en un campo de Hami, en la región noroccidental de Xinjiang, China, el 14 de octubre de 2018. (STR/AFP vía Getty Images)

En medio de la presión, la empresa matriz de Zara, Inditex, ha eliminado silenciosamente un comunicado en el que declaraba un «enfoque de tolerancia cero hacia el trabajo forzado». El comunicado, que estuvo disponible por última vez el 24 de marzo, decía que «Inditex no tiene relaciones comerciales con ninguna fábrica en Xinjiang» debido a «malas prácticas sociales y laborales» que calificaba de «altamente preocupantes».

La tienda japonesa Muji, que obtiene alrededor del 18% de sus ingresos del mercado chino, también declaró al medio estatal chino Global Times que «no se resiste al algodón de Xinjiang» y que «ha estado utilizando algodón de Xinjiang» para sus productos.

Nike, Adidas y H&M son miembros de Better Cotton Initiative, una organización sin ánimo de lucro que promueve la producción sostenible de algodón. El pasado mes de octubre, el grupo se retiró de Xinjiang, alegando que «los crecientes riesgos de trabajo forzado en las granjas han contribuido a un entorno operativo insostenible».

La declaración había desaparecido del sitio web de la organización sin ánimo de lucro el 25 de marzo.

Al preguntársele por la política de Estados Unidos respecto a China, el presidente Joe Biden reafirmó su compromiso de seguir denunciando los abusos de los derechos humanos por parte de China.

«Los estadounidenses valoran la noción de libertad, los estadounidenses valoran los derechos humanos», dijo a los periodistas en su primera rueda de prensa desde que asumió el cargo. «Estamos asentados en ese principio».

«Mientras usted y su país sigan violando tan descaradamente los derechos humanos, vamos a seguir de forma implacable llamando la atención del mundo, y dejando claro, dejando claro lo que está pasando», dijo, recordando su primera llamada telefónica con el líder chino Xi Jinping desde que asumió la presidencia.

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