Beijing quiere que Washington suavice sus políticas hacia China antes de trabajar con Estados Unidos en materia de cambio climático, mientras continúa la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow.
«No se puede pedir a China que reduzca la producción de carbón, por un lado, y al mismo tiempo imponer sanciones a las empresas fotovoltaicas chinas», dijo Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, durante una sesión informativa diaria el 2 de noviembre.
En junio, la Administración de Biden tomó varias medidas para hacer frente a las acusaciones de trabajos forzados de Beijing en la región de Xinjiang, en el extremo occidental de China, donde más de un millón de uigures están detenidos en campos de detención. El gobierno estadounidense ha calificado de genocidio el trato que el régimen comunista da a los uigures.
El Departamento de Trabajo añadió el polisilicio producido en China a su «Lista de bienes producidos mediante trabajo infantil o forzado». A continuación, el Departamento de Comercio añadió cinco empresas chinas —entre ellas el fabricante de silicio Hoshine Silicon Industry— a su lista negra de comercio. Por último, el Departamento de Seguridad Nacional emitió una orden de retención, prohibiendo las importaciones de materiales a base de sílice fabricados por Hoshine y sus filiales, así como de productos extranjeros fabricados con materiales de Hoshine.
Los paneles fotovoltaicos o paneles solares se fabrican con polisilicio, que se produce purificando el sílice de grado metalúrgico.
Wang Wenbin no es el primer funcionario del Partido Comunista Chino (PCCh) que dice que hay condiciones si Washington quiere la cooperación de Beijing en la lucha contra el cambio climático.
En septiembre, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, dijo al enviado de Biden para asuntos climáticos, John Kerry, que «la cooperación climática entre China y Estados Unidos no puede separarse del entorno más amplio de las relaciones chino-estadounidenses».
Wang Yi también dijo a Kerry que Washington debe responder a sus demandas, y que Estados Unidos debe «tomar medidas prácticas para mejorar las relaciones chino-estadounidenses».
Los medios de comunicación estatales de China también han predicado el mismo discurso. El 1 de noviembre, el medio estatal chino Global Times, en un editorial sobre la conferencia sobre el clima, acusó a la política de Estados Unidos hacia China de ser «perversa y arrogante», lo que hacía «imposible que China viera alguna posibilidad de tener una negociación justa en medio de las tensiones».
Esta política incluía «ataques a los derechos humanos de China», «medidas enérgicas contra las empresas tecnológicas chinas» y el apoyo a Taiwán para «contener el ascenso de China», según el artículo.
China es el mayor productor y consumidor de carbón del mundo, que es una fuente importante de emisiones. En septiembre de 2020, el líder chino Xi Jinping se comprometió con el medio ambiente, declarando que las emisiones de dióxido de carbono de China alcanzarían su punto máximo antes de 2030, y que la nación llegaría a la neutralidad del carbono en 2060.
Xi, que ha optado por no asistir a la COP26, pidió una acción más contundente contra el cambio climático, en una declaración escrita para la conferencia sobre el clima. No hizo nuevas promesas medioambientales.
La ausencia de Xi ha suscitado críticas. El martes, el presidente Joe Biden dijo en una conferencia de prensa que era un «gran error» que Xi no se presentara en la conferencia sobre el clima.
«¿Cómo se puede hacer eso y pretender tener algún manto de liderazgo?» dijo Biden.
Al mismo tiempo, los funcionarios chinos no se han abstenido de criticar a Estados Unidos por su acción climática.
«Los esfuerzos conjuntos de China y Estados Unidos dieron como resultado el Acuerdo de París (…) no se puede renunciar, pero Estados Unidos se rindió», dijo el negociador chino sobre el clima Xie Zhenhua a los periodistas en Glasgow. «Se desperdiciaron cinco años, pero ahora tenemos que trabajar más y ponernos al día».
El expresidente Donald Trump sacó a Estados Unidos del Acuerdo de París de 2015, pero Biden volvió a entrar en el acuerdo tras tomar posesión el 20 de enero.
El miércoles, Zhang Jun, embajador de China ante las Naciones Unidas, usó Twitter para criticar a Estados Unidos por «echar la culpa» y por haber «dado marcha atrás en sus políticas climáticas muchas veces».
Anders Corr, director de la consultora política Corr Analytics, con sede en Nueva York, en su análisis para The Epoch Times del 1 de noviembre, cuestionó la sinceridad del régimen comunista en sus promesas sobre las emisiones de carbono.
«Pero aunque el régimen de Beijing haga promesas al mundo, estas no tendrán casi ningún sentido si no hay logros inmediatos y verificables en el cumplimiento de los logros a corto plazo», escribió Corr, señalando cómo Beijing rompió su promesa de salvaguardar la autonomía de Hong Kong en virtud de la Declaración Conjunta Sino-Británica de 1984.
«Por lo tanto, hasta que Beijing se democratice o límite definitivamente sus emisiones, las naciones más responsables del mundo deberían imponer sanciones económicas a China en forma de aranceles climáticos coordinados», concluyó.
El Departamento de Estado no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios sobre el comentario de Wang Wenbin.
Con información de Reuters.
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