La creciente desconfianza al régimen chino por la manera como manejó el brote del virus debería llevar a Wall Street a repensar sus tratos con China, dice el gerente de fondos de cobertura Kyle Bass.
El encubrimiento de la epidemia en China por parte de Beijing, el subregistro de las cifras de víctimas y muertes y la campaña de desinformación destinada a desviar la culpa de la pandemia han provocado ira en todos los niveles de la sociedad.
Los estadounidenses corrientes están empezando a entender que «el gobierno chino no es digno de confianza, no son nuestros amigos, y uno podría considerarlos como nuestro enemigo mortal», dijo Bass, fundador de Hayman Capital Management, con sede en Dallas, recientemente al programa “American Thought Leaders” (Líderes del Pensamiento Americano) de The Epoch Times.
Pronto, la relación de Wall Street [con China] «tendrá que cambiar. Y creo que eso está sucediendo ahora», dijo.
¿Desacoplamiento financiero?
A medida que la pandemia sigue generando enormes costos humanos y económicos en todo el mundo, un número creciente de países y regiones están reevaluando sus lazos con el régimen comunista.
Mientras tanto, la interrupción de las cadenas de suministro mundiales ha obligado a las empresas a considerar reducir su dependencia de China como base de fabricación, acelerando el proceso de «desacoplamiento» de China.
Dado que el virus del PCCh causó una particular devastación en los estados del noreste de Estados Unidos -con Nueva York y Nueva Jersey como las dos regiones más afectadas de América-, los residentes, instituciones y gobiernos de esas regiones deben estar atentos al hecho de que la propagación mundial del virus se derivó del encubrimiento del brote por parte del régimen, dijo el comentarista de China con sede en Estados Unidos, Heng He.
«Si el Partido Comunista Chino no hubiera mentido, y hubiera informado con sinceridad la situación del brote… tal vez podría haber sido contenido dentro de China», dijo Heng a NTD, afiliado de The Epoch Times.
Sin embargo, queda por ver si las instituciones financieras de EE.UU. comenzarán a desligarse del régimen como resultado de la crisis.
«Wall Street siempre ha cooperado realmente con China, impulsando la economía china», dijo a The Epoch Times Frank Xie, profesor asociado de la Escuela de Administración de Empresas de la Universidad de Carolina del Sur.
Xie dijo que las recientes medidas de Beijing para abrir su sector financiero, en el contexto de las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China desde la guerra comercial de 2018, significaron que es poco probable que Wall Street abandone a China en el futuro próximo. Morgan Stanley y Goldman Sachs se convirtieron, en marzo, en los últimos bancos extranjeros que recibieron aprobaciones regulatorias chinas para tomar participaciones mayoritarias en sus empresas conjuntas de valores chinas.
Parte del mercado
Antes de esto, a pesar de que el régimen no había cumplido su promesa de abrir su sector bancario al unirse a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, los bancos extranjeros «han trabajado duro para obtener una parte del mercado chino», dijo Xie .
Señaló que los bancos de Wall Street han ayudado a muchas compañías chinas a cotizar en las bolsas de valores estadounidenses. A partir de septiembre de 2019, había 172 empresas chinas que cotizaban en las principales bolsas de EE.UU., con una capitalización de mercado de más de USD 1 billón, según la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad Estados Unidos-China.
Al mismo tiempo, algunas empresas occidentales han contratado a familiares de funcionarios chinos, en un esfuerzo por ganar negocios en el país, señaló el profesor. JPMorgan Chase en 2016 acordó pagar USD 264 millones en multas después de contratar a familiares y amigos de funcionarios chinos, de alto nivel, para obtener acceso a acuerdos bancarios, una práctica que viola las leyes de soborno de Estados Unidos. Credit Suisse y Deutsche Bank también pagaron grandes multas a los reguladores estadounidenses por prácticas similares.
Los casos de contabilidad fraudulenta en empresas chinas, siendo el último escándalo de alto perfil el de Luckin Coffee, tampoco han disuadido a las empresas de inversión, dijo Xie.
«Creo que saben que muchas empresas [chinas] son fraudulentas, que muchas empresas no cumplen con las normas financieras, las normas de presentación de informes y las normas de contabilidad», dijo. «Pero a menos que haya compañías como Muddy Waters que revelen sus fechorías, seguirán invirtiendo».
A principios de abril, las acciones de Luckin Coffee colapsaron después de que la marca china de bebidas informó descubrió que su director de operaciones había falsificado las ventas de 2019 en unos 310 millones de dólares. En enero, la firma de investigación de inversiones, Muddy Waters Research, dijo que apostaría en contra de las acciones de esta compañía, basándose en un informe que hablaba sobre el fraude que la empresa estaba cometiendo.
El sitio de transmisión de video chino iQiyi también fue acusado recientemente por la firma activista de investigación financiera, Wolfpack Research, de exagerar sus ingresos en 2019 entre 1100 y 1900 millones de dólares.
Ciegos
Bass criticó a las compañías financieras estadounidenses por ignorar los abusos contra los derechos humanos de China, en su búsqueda del mercado chino.
«¿Te imaginas si le explicas a alguien que estás haciendo negocios con un régimen que tiene más de un millón de presos de conciencia encerrados y está ejecutando la sustracción de órganos vivos en esta población de presos políticos a diario?» dijo, refiriéndose a la práctica impulsada por el régimen de matar presos de conciencia, principalmente practicantes de Falun Gong, para que sus órganos se vendan en el mercado de trasplantes.
«Sin embargo, personas como Blackstone no pueden esperar para invertir otro dólar en China», continuó Bass.
«¿Sabes por qué? Porque simplemente dejaron que el dinero los cegara… ante los abusos flagrantes de los derechos humanos de quizás uno de los regímenes más tiránicos que jamás haya existido. Es una locura».
Acciones de Estados Unidos
El primer paso para remediar esta situación sería hacer que las empresas chinas, que cotizan en las bolsas de valores de EE.UU., abran sus libros de auditoría a los reguladores estadounidenses, dijo Bass. Actualmente, el régimen bloquea a la SEC (Securities and Exchange Commission) o a los reguladores estadounidenses para que no examinen los documentos de trabajo de auditoría de las empresas chinas, diciendo que contienen «secretos de estado».
“Cualquier empresa que quiera cotizar en Estados Unidos, olvídate de si es solo de China o de cualquier otro lugar del mundo, tienes que cumplir con auditorías reales, al igual que las empresas estadounidenses, tiene que adherirse a las mismas normas que las empresas que cotizan en Estados Unidos», dijo.
«Vamos a nivelar el campo de juego, eso no es ser punitivo».
En junio pasado, un grupo bipartidista de legisladores presentó proyectos de ley al Senado y a la Cámara para obligar a las empresas chinas y extranjeras, que cotizan en EE.UU., a cumplir con las regulaciones de divulgación financiera de Estados Unidos, o de lo contrario enfrentar la exclusión de la lista.
Los fondos públicos de pensiones de EE.UU. también han sido objeto de un escrutinio, cada vez más intenso, sobre sus inversiones en empresas chinas, incluidas aquellas que apoyan los abusos militares, de espionaje y de derechos humanos del régimen.
Según los reportajes, un grupo de legisladores está haciendo campaña para que la administración Trump prohíba a la Junta Federal de Inversiones de Ahorro para la Jubilación, el principal fondo de pensiones para empleados del gobierno federal, que realice seguimiento de un índice administrado por MSCI en donde se incluyen acciones con sede en China que están bajo escrutinio en Washington.
En los últimos años, los proveedores de índices bursátiles mundiales como MSCI y FTSE han agregado acciones chinas a sus índices de mercados globales y emergentes, permitiendo que miles de millones de dólares de inversión estadounidense fluyan a las acciones chinas.
Entre las compañías incluidas en el índice MSCI se encuentra el fabricante chino de equipos de vigilancia Hangzhou Hikvision Digital Technology, que fue incluido en una lista negra de comercio estadounidense, el año pasado, porque su tecnología se estaba utilizando para la represión de los musulmanes uigures en la región occidental de Xinjiang, China.
El índice también incluye a AviChina Industry & Technology Ltd., que cotiza en la bolsa de Hong Kong, esta compañía cotiza en bolsa para la empresa estatal china Aviation Industry Corporation de China (AVIC). AVIC y sus subsidiarias desarrollan aviones y sistemas de armas para el ejército chino.
«Es una locura para nuestros empleados militares y federales contribuir indirectamente a las operaciones militares de China, y lo que es peor, es que casi todas estas personas desconocen por completo esta situación», dijo el representante Mike Waltz (R-Fla.) en una declaración hecha el 24 de abril.
Jan Jekielek contribuyó a este informe.
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