Un grupo bipartidista de legisladores estadounidenses presentó una legislación tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes para poner fin a la práctica estatal china de sustracción de órganos de prisioneros de conciencia.
«La sustracción de órganos es un acto atrozmente bárbaro e inhumano que no tiene cabida en nuestro mundo», declaró el 9 de marzo el representante Chris Smith (R-N.J.), principal patrocinador del proyecto de ley en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, según un comunicado de su oficina.
«Debemos hacer más para poner fin a los horribles abusos cometidos por las bandas internacionales de traficantes de personas, las organizaciones terroristas e incluso algunos gobiernos —el régimen comunista de China en particular— quienes matan a personas inocentes y venden sus órganos para obtener beneficios», añadió Smith.
«Nuestra legislación facultaría al Departamento de Estado de EE.UU. para identificar y exponer a los recolectores y traficantes de órganos de todo el mundo con el objetivo de castigar a los autores mediante sanciones efectivas y restricciones de viaje», añadió.
El proyecto de ley, denominado Ley para Poner Fin a la Sustracción Forzada de Órganos, autorizaría al gobierno estadounidense a denegar o revocar los pasaportes a las personas que se dediquen a la compra ilegal de órganos.
La Sección 301 de la Ley Nacional de Trasplantes de Órganos prohíbe el comercio y la venta privada de órganos humanos.
China fue uno de los principales destinos del turismo de trasplantes mientras Beijing promovía su relato en los periódicos estadounidenses de que los órganos procedían de donaciones voluntarias. El régimen chino anunció que dejaría de obtener órganos de presos ejecutados a partir del 1 de enero de 2015 y afirmó que se basaría en un nuevo sistema de donaciones voluntarias.
La afirmación de Beijing fue refutada por un informe de junio de 2019 publicado por un tribunal popular con sede en Londres. El informe concluyó, tras una investigación de un año, que la práctica declarada de sustracción forzada de órganos estaba ocurriendo a una «escala significativa» en China, siendo los practicantes de Falun Gong la principal fuente de estos órganos.
Los practicantes de Falun Gong, práctica espiritual también conocida como Falun Dafa, son objeto de persecución por parte del régimen chino desde 1999.
Además, la legislación obligaría al Departamento de Estado de EE. UU. a informar anualmente sobre la sustracción forzada de órganos en países extranjeros, y a identificar a los funcionarios y entidades extranjeras responsables de la sustracción forzada de órganos. Estos funcionarios y entidades podrían ser objeto de posibles sanciones estadounidenses en virtud de la legislación.
La legislación también prohibiría la exportación estadounidense de dispositivos de cirugía de trasplante de órganos a estas entidades extranjeras responsables.
El proyecto de ley, en la Cámara de Representantes (H.R.1592) fue copatrocinado por los representantes Thomas Suozzi (D-N.Y.) y Vicky Hartzler (R-Mo.), mientras que el proyecto de ley del Senado (S.602) fue presentado por los senadores Tom Cotton (R-Ark.) y Chris Coons (D-Del.).
«Hay cada vez más evidencias de que el Partido Comunista Chino ha extraído y sigue extirpando órganos de grupos religiosos perseguidos, prisioneros de conciencia y reclusos», dijo Cotton en un comunicado.
«Este proyecto de ley identificará y castigará a los miembros del PCCh implicados en la sustracción forzada de órganos. Ya es hora de responsabilizar a Beijing de estos actos atroces», añadió.
En la anterior sesión del Congreso, en diciembre del año pasado, se presentó una ley similar.
Este año, cuatro condados diferentes del estado de Virginia aprobaron resoluciones que condenan la sustracción forzada de órganos en China.
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