El 23 de enero se cumple el primer aniversario del cierre de Wuhan debido al brote del virus del PCCh (Partido Comunista Chino). En medio de la pandemia de COVID-19, los habitantes de Wuhan expresaron su preocupación y pidieron que más personas reflexionaran sobre el desastre sin precedentes y evitaran que se repitiera.
Un residente con el sobrenombre de Hao declaró al Epoch Times en chino que los funcionarios consideran el 23 de enero como una fecha delicada, y que les advirtieron a muchos residentes que no aceptaran entrevistas de los medios de comunicación extranjeros. Dijo que están tratando de encubrir la mala gestión del virus del PCCh cuando apareció por primera vez en Wuhan.
Un trabajador de cuello blanco con el sobrenombre de Zheng vive cerca del Mercado Mayorista de Mariscos de Huanan. En las primeras etapas del brote, el régimen chino afirmó que el virus del PCCh se originó en el mercado de mariscos. Zheng dijo en una entrevista que, hace un año, el cierre de Wuhan tomó desprevenidos a millones de residentes—la vida normal se vio repentinamente alterada; innumerables familias tuvieron problemas, y muchos tuvieron dificultades para comprar suministros y acudir al médico.
«Durante el cierre, los días fueron realmente duros», recuerda. «Quedarse encerrado en casa era algo doloroso».
«Por suerte, pude eludir el cortafuegos de China y leer las noticias de los medios de comunicación del extranjero. Además, mi familia tiene ciertos privilegios dentro del sistema del PCCh. Así que tuve acceso a cierta información sobre el encubrimiento de la pandemia por parte del PCCh. Me enteré de que la situación real de la pandemia era mucho más grave de lo que se había informado oficialmente. Sabía que el cierre era una opción. Sin embargo, ni siquiera la gente como yo preveía que la mala gestión del PCCh iba a tener consecuencias tan desastrosas—un gran número de personas infectadas [con el virus], muertes y una economía muy afectada», añadió.
La respuesta de las autoridades
Según la opinión de Zheng, la gestión inicial del brote por parte de China fue pésima.
Dijo que las autoridades locales silenciaron a los denunciantes y no tuvieron en cuenta la preocupación por el riesgo de transmisión entre humanos. Los funcionarios locales y las élites seguían asistiendo a las «Dos Sesiones» anuales (una reunión clave entre los altos funcionarios del PCCh) y a otros eventos públicos. Las autoridades guardaron silencio hasta que el brote se descontroló, dijo Zheng.
Entonces llegó la orden de cerrar el epicentro el 23 de enero.
«Para entonces, sin embargo, los portadores del virus habían propagado la enfermedad en otras partes de China y otros países, causando enormes e irremediables pérdidas, que podrían haberse evitado si el régimen chino hubiera sido transparente [sobre toda la situación]. Ésa es la parte más terrible de la historia para el público», dijo Zheng.
Las «Dos Sesiones», o «Lianghui» en chino, son reuniones de alto nivel entre los órganos legislativos de China: la Asamblea Popular Nacional (APN) y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh). Se celebran primero a nivel local y luego en Beijing en un momento posterior del año. La APN y la CCPPCh de Wuhan se celebraron entre el 6 y el 10 de enero y entre el 11 y el 15 de enero de 2020.
Zheng dijo que el público sufre un fuerte lavado de cerebro por parte del PCCh. Señaló que parecían haber olvidado cómo COVID-19 se convirtió en una pandemia mundial debido al mal manejo del brote por parte del PCCh en su etapa inicial. Y lo que es peor, la gente se creyó poco a poco el relato oficial, que crea una imagen positiva del régimen, dijo. Zheng utilizó el ejemplo de cómo Beijing promocionó los logros de China en la creación de las vacunas COVID-19 como su contribución al mundo en la lucha contra la pandemia. Muchos chinos se burlaron de Europa y Estados Unidos, considerando su gran número de muertes relacionadas con COVID-19 como un fracaso del sistema democrático, dijo.
Zheng subrayó que hay mucha gente a su alrededor que es crédula y cree fácilmente en las mentiras del PCCh.
Reflexión sobre las experiencias pasadas
Zheng cree que el régimen chino debería replantearse por qué su respuesta a la pandemia no funcionó, aunque supuestamente había aprendido de la experiencia pasada en la lucha contra la pandemia de SARS (síndrome respiratorio agudo severo) en 2003; por qué no informó de los casos del virus, emitió advertencias y prohibió las reuniones sociales a gran escala durante el brote inicial; y por qué ha seguido esforzándose en ocultar la gravedad de los nuevos brotes mientras utiliza medidas draconianas para mantener el orden social.
Zheng añadió que los ciudadanos deberían reflexionar sobre cómo pueden salvarse y cambiar el status quo mientras viven bajo el dominio de un único partido de un régimen comunista, y por qué olvidan fácilmente los trágicos incidentes del pasado.
Otro residente con el sobrenombre de Hao compartió su punto de vista. En nombre de la lucha contra COVID-19, cree que el PCCh está utilizando el virus como herramienta para esclavizar al pueblo, lo que podría convertir a China en un campo de concentración moderno.
Investigación del origen del virus del PCCh
Un equipo de expertos, dirigido por la OMS (Organización Mundial de la Salud), llegó a Wuhan el 14 de enero para investigar el origen de COVID-19.
Zheng espera que el equipo lleve a cabo una investigación transparente y exhaustiva sobre los orígenes de COVID-19.
Inicialmente, el régimen chino afirmó que el virus del PCCh se originó en el Mercado Mayorista de Mariscos de Huanan.
Sin embargo, el 12 de marzo de 2020, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Zhao Lijian, tuiteó una serie de mensajes en los que sugería sin pruebas que Estados Unidos era de donde había surgido el COVID-19. Escribió en su cuenta de Twitter: «Podría ser el ejército de EE.UU. [sic] el que trajo la epidemia a Wuhan».
Zheng dijo que los datos oficiales de muertes por COVID-19 son cuestionables.
Según las cuentas oficiales, hasta el 17 de abril de 2020, la última cifra de muertes en Wuhan era de 3869, de acuerdo con los resultados publicados por el centro de mando de Wuhan para la prevención y el control de la pandemia.
Sin embargo, muchas personas expresaron su escepticismo.
Según un estudio que aún no fue revisado por colegas y que se publicó en el sitio web estadounidense SSRN, se estimó que el total de muertes por COVID-19 en Wuhan era al menos diez veces mayor que los datos oficiales chinos. Los datos del informe se basó en cifras oficiales del gobierno, informes de los medios de comunicación estatales y no estatales, distribución de urnas funerarias y servicios de cremación en la ciudad.
SSRN es una plataforma digital para la difusión de investigaciones en fase inicial.
Zheng dijo que los funcionarios chinos, en todos los niveles, deberían rendir cuentas por su papel en el encubrimiento del brote.
Zheng y Hao expresaron su preocupación por el paradero de los periodistas ciudadanos que han sido perseguidos por las autoridades chinas.
Fang Bin, Zhang Zhan, Chen Qiushi y Li Zehua viajaron a Wuhan a principios de 2020 para documentar el brote en el lugar. Fang sigue desaparecido, después de que sus amigos dijeran que la policía local entró en su casa y se lo llevó el 9 de febrero de 2020. Chen también desapareció casi al mismo tiempo. Su paradero sigue siendo desconocido. Un tuit de la cuenta de Twitter de Chen, gestionada actualmente por su amigo, decía el 13 de diciembre que llevaba «311 días sin contacto después de cubrir el coronavirus en Wuhan».
Los dos entrevistados pidieron a la comunidad internacional su atención ante la difícil situación de Fang.
Con información de Luo Ya.
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