El líder chino Xi Jinping entregó las órdenes de movilización de este año al ejército del régimen el 5 de enero, diciendo que deben convertirse en una fuerza de élite capaz de ganar cualquier guerra.
“Las fuerzas armadas deben seguir de cerca la evolución de la tecnología, la guerra y los rivales, redoblar sus esfuerzos para combinar mejor el entrenamiento con las operaciones de combate y fortalecer el entrenamiento sistemático y el uso de tecnologías para desarrollar una fuerza de élite que sea capaz de combatir y ganar guerras”, dice la orden, según la agencia de noticias estatal Xinhua.
Xi, quien es a la vez el secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), tanto el jefe del ejército del Partido, como el presidente de la Comisión Militar Central, ha emitido órdenes de movilización anualmente desde 2018. Las órdenes señalan las prioridades de las fuerzas armadas e inician el entrenamiento de todo el ejército para el próximo año.
Las órdenes llegan cuando el PCCh adopta un enfoque cada vez más belicoso de las relaciones internacionales, coincidiendo con el deterioro de las relaciones entre el régimen y el orden internacional en general.
Desde que llegó al poder en el 2012, Xi ha implementado reformas radicales en toda la sociedad china, incluyendo una reestructuración masiva del ejército, que comenzó en 2015.
Ese proceso de reestructuración continúa hasta el día de hoy, y Xi ha trabajado para reforzar significativamente su control personal sobre el liderazgo militar durante el período intermedio, promoviendo a por lo menos 58 generales leales a él y afines a sus reformas.
La orden de movilización enfocada en la tecnología también se produce tras la firma del PCCh de una declaración conjunta a inicios de esta semana con los otros miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En ella, los dirigentes del régimen dijeron que creían que debía evitarse la propagación de las armas nucleares.
Sin embargo, inmediatamente después de que se emitió la declaración, un funcionario chino dijo que el régimen continuaría modernizando su arsenal nuclear y no haría ninguna reducción hasta que Estados Unidos y Rusia tuvieran menos ojivas nucleares que él.
Estados Unidos se ha vuelto cada vez más cauteloso con la expansión de las fuerzas militares de China.
Estos incluyen nuevas ofertas de helicópteros de ataque procedentes de Rusia, una armada en expansión, un número récord de incursiones en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán por parte de aviones militares chinos, simulaciones de invasión de Taiwán y la prueba de un arma hipersónica en julio.
En respuesta, el Pentágono dijo que su próxima estrategia de seguridad nacional se enfocará en el desarrollo de alianzas y asociaciones globales mientras se enfrenta al régimen chino como un «desafío del ritmo».
Como tal, Estados Unidos está expandiendo su presencia militar en el Indo-Pacífico, aumentando la rotación de tropas a naciones aliadas y procurando mayores operaciones multilaterales y foros diplomáticos con aliados y socios a través de canales como AUKUS y el Quadrilateral Security Dialogue (QUAD), que se consideran vitales para la continuidad de la fuerza estadounidense en la región.
En diciembre, el ejército estadounidense introdujo un nuevo software para ayudar a predecir cómo sus acciones podrían provocar la ira de los líderes comunistas de China. En última instancia, destinado a ayudar a los líderes estadounidenses a evitar la ira del PCCh, pero algunos analistas lo denominaron peyorativamente el software como una «aplicación de apaciguamiento».
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