Madre abatida por la adversidad y separada de su familia, recupera la armonía y la alegría de vivir

Por Blanca Téllez - La Gran Época
10 de junio de 2020 7:41 PM Actualizado: 13 de junio de 2020 7:08 PM

Ser madre, cuidar a los hijos y procurar el bienestar de la familia es una de las labores más nobles del mundo. Para Flor Vilchis, una madre mexicana que ha tenido que enfrentar grandes adversidades, no fue fácil reponerse cuando su ánimo y su vida cayeron profundamente, hasta que conoció algo que le permitió eliminar la depresión, recobrar la energía y conocer la armonía en la familia y en el trabajo.

Flor relató en una entrevista para The Epoch Times que desde su infancia vivió entre la brillantez y las carencias, pero con el tiempo los frecuentes problemas cambiaron su carácter, dañando sus relaciones familiares y su trabajo.

Ahora valora el camino que atravesó para gozar el estado que hoy disfruta, viviendo con la plenitud que jamás imaginó posible y viendo al presente y al futuro con optimismo.

Sobreviviendo entre carencias y dificultades

Flor, que radica en la Ciudad de México, contó que nació “en una familia muy humilde”. Vivió con sus padres y sus 10 hermanos una infancia de carencias materiales que comenzaron a impactar su salud: “Mucho tiempo anduve descalza porque no teníamos los recursos económicos y padecía dolor de piernas”, compartió.

Aún así, ella contaba con el cariño de su familia: “Era la consentida de mi abuela materna, entre sus muchos nietos”, relata.

También destacó en la escuela y fue la única de sus hermanos que estudió en la universidad. En la ciudad de Mexicali, donde estudió Sociología, comenzó a trabajar y conoció a su único novio, con quien se casó tras un noviazgo de seis años y formó su propia familia: «con el tiempo llegaron los hijos», dijo.

Sin embargo, de regreso a la Ciudad de México, y aún con su profesión, matrimonio e hijos, Flor sentía que su vida estaba incompleta y «siempre tenía un vacío».

Flor celebra su cumpleaños con su hija bebé. (Cortesía de Flor Vilchis)

A la larga comenzaron a surgir los problemas familiares. Las dificultades en su matrimonio, con sus hijos, el trabajo, la casa y en su salud fueron acumulándose y llegaron a la cima cuando a su esposo le diagnosticaron una grave enfermedad. Entonces, la vida de Flor pareció derrumbarse por completo.

La noticia de dicha enfermedad fue el mayor golpe en su vida. Esto se añadió a la difícil relación que trataba de sobrellevar con su marido, frente al alejamiento de la familia de Flor, que lo rechazaba. Aunado a las graves carencias económicas, inclusive perdió su casa: “Pasamos etapas muy difíciles económicamente y tuvimos que regresar a vivir con mis suegros”.

Tras perder su hogar, la situación se agravó aún más cuando su suegro falleció y Flor perdió su trabajo. Entre sus empleos ocasionales, su familia pasó a depender de la ayuda de su suegra, pues su esposo estando muy enfermo no podía conseguir trabajo.

Pero cuando parecía que no había muchas esperanzas en medio de esta complicada situación, Flor encontró lo que la ayudaría a recuperarse y mejorar su vida.

La luz en la oscuridad

“Mientras acompañaba a mi esposo para tratar su padecimiento… encontré a un médico que lo iba a atender», dijo. Fue el único médico que le preguntó a Flor cómo se sentía: «Me siento muy mal, (porque) veo muy mal a mi esposo», respondió.

«Todos atendían a mi esposo pero nadie me consideraba a mí», agregó. Sin embargo, este médico especialista en medicina alternativa le dio un folleto y le recomendó una práctica de meditación diciendo: «Le va a ayudar mucho. Va a ayudar a su esposo, pero sobre todo a usted. Vaya. Es gratis».

El folleto tenía la información de Falun Dafa, una disciplina milenaria de la escuela Buda para la mejora de cuerpo, mente y calidad moral que se practica con ejercicios suaves de qiqong y la guía de los principios Zhen, Shan, Ren (Verdad-Benevolencia-Tolerancia) en más de 100 países.

Inicialmente Flor sintió deseos de conocer la práctica, pero su determinación para hacer los ejercicios se truncó en el momento en que la salud de su esposo empeoró.

«Mi esposo se agravó y lo tuvimos que internar», compartió. «Tardé un año para poder encontrar esta práctica… porque me decía ‘lo haré en cuanto mejore mi esposo’ —ya que en ese momento, entre mi trabajo y atender a mi esposo, no podía ir. Cuando tuve la determinación, muere mi esposo y caigo en una gran depresión, y mis hijos también».

El fallecimiento de su pareja después de tan dolorosa enfermedad fue un duro golpe para la familia. «Fue muy desgastante ver cómo se iba deteriorando, ver que ya no tenía ganas de vivir», dijo Flor.

Sumida en una profunda depresión y con la esperanza casi perdida, Flor pidió ayuda al cielo: “¡Dios mío, por favor!, si mis hijos se quedaron sin su padre, ahora se van a quedar sin su madre y eso no puede suceder. ¡Dame la fuerza para salir adelante!”.

Después de tener este pensamiento, decidió buscar el lugar de práctica de Falun Dafa. “En mi corazón sentía que era algo bueno”, dijo.

Buscó el folleto que recibió del médico pero no pudo encontrarlo; luego pensó recorrer el gran jardín que recordó anunciaba el folleto. Acompañada de su hija, buscó durante dos horas y cuando estaban a punto de desistir, su hija caminó hacia donde Flor había visto un anuncio. Así encontraron al grupo de practicantes haciendo los ejercicios de Falun Dafa.

“Al verlos dije: ‘¡Son ellos!’ y me acerqué. Estaban terminando (…). La encargada de la práctica se acercó y le dije: ‘¡No saben cómo los estuve buscando!’ y ella dijo ‘No te preocupes, ya llegaste’. Y a partir de ahí —eso fue hace 9 años— no he faltado. Cada domingo voy a hacer la práctica”, relató Flor.

“Ahí empieza a cambiar mi vida, porque comienzo a ver la grandeza de esta práctica con los cambios en mí y en mi familia”, añadió.

Practicantes de Falun Dafa realizan los ejercicios de la disciplina en el sitio de práctica en un Jardín de la Ciudad de México. (Cortesía Flo Vilchis)
Practicantes de Falun Dafa meditan en un jardín de la Ciudad de México donde Flor (segunda de izquierda a derecha) encontró los ejercicios de la disciplina. (Cortesía: Flor Vilchis)

El camino a la esperanza y la alegría de vivir

Después del fallecimiento de su esposo, Flor se dio cuenta de los sentimientos negativos que había desarrollado hacia sus familiares, que la motivaron a abandonar a su suegra de 96 años y a dejar a sus hijos con ella. Esa ruptura afectó aún más a sus hijos.

“Ellos también se derrumbaron porque emocionalmente ya no tenían a su mamá. Fue una etapa muy difícil”, contó.

“Pero con la práctica de Falun Dafa empiezo a ver que eso me ayudaría a dar el gran paso del cambio. Tenía que hacer un cambio en mí para poder ayudar a mis hijos”, dijo.

“Con la práctica empiezo a ver lo que es Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Con mi suegra se empieza a dar un cambio muy importante, porque cuando comencé a practicar pude ver que ella también había sufrido: como madre, también sufrió mucho por su hijo”, recordó.

“Eso me hace ser compasiva y empiezo a ver cambios. Ahora puedo visitar a mi suegra, sentir mi corazón limpio, tener compasión hacia ella y abrazarla. Le leo Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, porque le gusta mucho… Cuando le leo ella se siente muy tranquila y eso es una gran satisfacción. Los fines de semana, cuando puedo descansar, voy en las tardes y le leo el libro. Es un gran regalo que ella también haya cambiado y que ahora tengamos una buena relación”, agregó.

Las enseñanzas del libro Zhuan Falun, guia principal de Falun Dafa, le ayudan a Flor para mejorar día con día. (Cortesía: Flor Vilchis)

Una familia armoniosa

El cambio de Flor también ha beneficiado a sus hijos: “Ahora estoy viviendo una etapa muy hermosa. Mi familia esta armonizada, porque mis dos hijos, después de todo este proceso que vivimos con la muerte de su papá, ahora están viviendo conmigo y los veo muy maduros”, dijo Flor.

“Mucho tiempo no vivieron conmigo porque sentían resentimiento hacia a mí, decían que yo era culpable de todo lo que había sucedido. En parte, creo que tenían razón, pero ahora podemos compartir muchas cosas”.

En medio de la depresión por la muerte de su padre, el hijo de Flor comenzó a sufrir ataques de ansiedad. Flor decidió invitarlo a practicar y él «pudo entrar en la tranquilidad y hacer su proyecto de vida. Ahora es un muchacho exitoso».

«Mi hijo sabe que Falun Dafa es grande, por el cambio que ha visto en mí», dijo.

De hecho, sus dos hijos han practicado Falun Dafa con ella. «Aunque estemos pasando por pruebas todos los días, ellos pueden ver lo grandiosa que es esta disciplina”, agregó.

“Mi hija también pasó por una etapa muy difícil… de mucho resentimiento, no quería saber nada de mí y lo entendí, por todo el dolor que tenía por la muerte de su papá. Ahora me está ayudando mucho. Buscó un trabajo fijo para ayudarme compartiendo los gastos de la casa, lo que es una gran ayuda”, compartió.

Flor se dio cuenta que con su conducta sus hijos podían ver las bondades de Falun Dafa: «Día con día trato de ser diligente y compartir los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, empezando con mi familia. Creo que es con lo que tenemos que empezar a manifestar estos principios”, dijo.

“Ahora puedo decir que vivo con mi familia y podemos compartir cosas maravillosas en el día a día y podemos apoyarnos como familia”, dijo Flor, agregando: “Tengo una familia armoniosa y todo se lo debo a la práctica de Falun Dafa”.

Flor celebra su cumpleaños con sus hijos. Cortesía: Flor Vilchis)

Creando armonía en el trabajo

“En mi trabajo también me han sucedido cosas maravillosas después de una prueba muy fuerte. Era la mano derecha de mi jefe. No había un cambio si no pasaba por mí o si yo no lo autorizaba. Hasta que un día, en un correo me dicen que no sé hacer bien mi trabajo, que no debo estar ahí, me quitan del puesto y me mandan a un rincón”, recordó.

Pero esa experiencia también tuvo buenos frutos: “Todo ese ego que tenía, de que nada podía moverse sin mi autorización, de repente cambió. Fue muy doloroso cuando pude ver que esto no era correcto y que no tenía compasión. Hice mucho daño a mis compañeros porque quería un aumento de sueldo y no me importaba nada más. Cuando pude ver el daño que les hice (…) pude revertir esa situación al sentir compasión y todo cambió”.

“Después pude llevarme muy bien con mi jefe y otra vez hicimos proyectos juntos. Y aunque no me dieron el aumento, eso ya no fue tan importante. Lo importante es que al leer Zhuan Falun y hacer los ejercicios logro armonizar mi espacio en mi trabajo. Durante mi hora de comida voy al parque cercano para leer Zhuan Falun. Esto me ayuda para regresar a la oficina y trabajar en armonía”.

Jóvenes con Flor (al centro abajo) a quienes capacita en su trabajo y les habla de los beneficios de Falun Dafa y sobre la persecución en China. (Cortesía de Flor Vilchis)

Con esta experiencia Flor abandonó la búsqueda de beneficios personales y después obtuvo un mejor sueldo en un nuevo trabajo. «A mi jefe se le salieron las lágrimas cuando me despedí de todos en mi anterior trabajo», recordó.

Falun Dafa es bueno

Un diez de mayo Flor recibió un regalo especial por el día de la madre: “Cuando mi hijo me vio haciendo la meditación, me hizo un poema hermoso”.

(Cortesía: Flor Vilchis)

“Mi hijo me dijo que día con día veía cómo me transformaba haciendo la meditación… Entonces me di cuenta de que tenía que continuar avanzando», cuenta.

Flor no sólo recuperó su vida a través de la perseverancia, también encuentra tiempo para apoyar la presentación de los ejercicios de Falun Dafa deseando que más personas como ella puedan beneficiarse.

Asimismo, junto a otros voluntarios, informa a la gente en eventos públicos que Falun Dafa es perseguido en China desde 1999 por orden del Partido Comunista Chino, pidiendo el fin de esta cruel persecución.

Flor (la primera de izquierda a derecha) participa en una evento para informar sobre la persecución a Falun Dafa por parte del Partido Comunista Chino (PCCh), durante el año nuevo chino 2020 en la Ciudad de México. (Cortesía: Flor Vilchis)

Flor encontró en Falun Dafa lo que necesitaba para llenar aquel vacío existencial y continuar con su vida. Por la armonía en su ambiente familiar y en su trabajo, dice muy agradecida: “¡Falun Dafa es bueno!, me ha cambiado y transformado totalmente la vida”.

Meditación de Falun Dafa. (Cortesía Flor Vilchis)
Meditación de Falun Dafa. (Cortesía: Flor Vilchis)

Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) es un sistema de meditación para la mejora personal basado en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Fue presentado al público por el Sr. Li Hongzhi en 1992 en China. Actualmente es practicado por más de 100 millones de personas en 114 países. Pero este pacífico sistema de meditación continúa siendo perseguido brutalmente en China desde 1999. Para obtener más información, visita: falundafa.org y faluninfo.net.


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