Un profesor chino reveló recientemente cómo el Partido Comunista Chino (PCCh) utilizó sus conexiones o «buenos amigos» en Wall Street para manipular a Estados Unidos, política y financieramente.
Además, el académico afirmó que el Partido esperaba restaurar los estrechos lazos económicos con Estados Unidos bajo una presidencia de Joe Biden.
Di Dongsheng, decano asociado de la Facultad de Estudios Internacionales de la Universidad Renmin de China en Beijing, dio un discurso a través de la plataforma china de intercambio de video en Internet Guan Video el 28 de noviembre.
En el debate participaron Zhang Zhixiang, exdirector general del Banco Asiático de Desarrollo y exdirector general del Departamento Internacional del Banco Popular de China (banco central de China); Ding Yifan, experto en foros de China y director adjunto del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de China; y Yao Yang, decano de la Escuela Nacional de Desarrollo de la Universidad de Pekín.
Durante más de una década, las empresas chinas operaron bajo normas flexibles y fueron reguladas de manera poco estricta en Wall Street, lo que les permitió aprovechar los mercados de capital de Estados Unidos y beneficiarse de las entradas masivas de capital estadounidense.
El académico chino admitió abiertamente esta realidad durante su discurso, señalando que el PCCh ha tenido una enorme influencia en Wall Street. El video pronto se hizo viral.
Di dijo que el PCCh está presionando fuertemente para abrir el mercado financiero de China en este momento, pero hay factores políticos y estratégicos a considerar, uno de los cuales es que está poniendo sus esperanzas en que el candidato del Partido Demócrata, Joe Biden, se convierta en el presidente electo. Sin embargo, el resultado de la carrera presidencial de Estados Unidos todavía no está claro debido a las demandas legales y los recuentos pendientes.
Di también dijo que la razón por la que el PCCh fue capaz de «engañar a Estados Unidos» durante más de dos décadas fue debido a sus «viejos amigos» en Wall Street —la poderosa élite que presionaría por los intereses del régimen en Washington. Pero todo esto se detuvo cuando Trump se convirtió en presidente en 2016, dijo.
«Sabemos que la administración Trump está luchando una guerra comercial con nosotros. Así que, ¿por qué tenemos problemas con Trump, cuando fuimos capaces de manejar todo tipo de problemas entre China y Estados Unidos desde 1992 hasta 2016?» dijo Di. La administración promulgó aranceles punitivos sobre importaciones chinas por valor de miles de millones en 2018, como parte de los esfuerzos para frenar las prácticas comerciales injustas de Beijing.
«¿Cuál fue la razón? Es porque tenemos gente muy por encima. Tenemos a nuestros viejos amigos en el círculo central de poder de Estados Unidos», continuó.
Di comentó que Wall Street comenzó a influir fuertemente en los asuntos internos y externos de Estados Unidos en los años 70, y alrededor de esa época, el régimen chino comenzó a desarrollar vínculos con empresas estadounidenses. «Así que descubrimos nuestro camino y aquellos de los que podíamos depender», dijo.
Pero el estatus de Wall Street declinó después de la crisis financiera de 2008. Por encima de todo, Wall Street no tiene influencia en Trump, dijo Di.
«[Wall Street] trató de ayudar durante la guerra comercial sino-estadounidense. (…) Por lo que sé, amigos estadounidenses me dijeron que trataron de ayudar, pero eran demasiado débiles».
«Pero ahora vemos que Biden ha llegado al poder. Las elites tradicionales, las elites políticas y la clase dirigente tienen una relación muy estrecha con Wall Street», añadió.
Luego habló sobre las acusaciones de que el hijo de Biden, Hunter Biden, tenía amplios vínculos con chinos y otros gobiernos extranjeros a través de los fondos de inversión.
Di dio a entender que el PCCh ayudó a Hunter Biden a construir esas relaciones. «¿Quién le ayudó a construir los fondos? ¿Entienden? Hay transacciones involucradas».
Di compartió una historia para probar su punto. Antes de la visita del líder chino Xi Jinping a Estados Unidos en 2015, todos los niveles del PCCh tuvieron que ayudar a «preparar» y «crear impulso» para el evento de alto perfil, recordó. Uno de esos «preparativos» era crear una opinión pública positiva sobre el régimen chino. Se organizó un acto de presentación de libros para la publicación de la primera edición en inglés de «Xi Jinping on State Administration» —un libro que contiene los discursos de Xi sobre la ideología política.
Di dijo que se le asignó la tarea de encontrar un lugar para el evento.
El lugar se estableció en una popular librería independiente en la Avenida Connecticut en Washington, D.C.
Sin embargo, debido al corto plazo de aviso, la librería no pudo arreglar el horario. Di afirmó que el gerente de la librería era un exreportero radicado en Asia, y no estaba dispuesto a atender la petición de Di debido a su «parcialidad» hacia el PCCh.
Pero finalmente, los funcionarios chinos consiguieron celebrar la conferencia de prensa en la librería, porque el dueño de la tienda fue presionado por una anciana judía que tenía cierta influencia en Wall Street, afirmó Di.
La mujer era la presidenta de la división de Asia de una importante institución financiera de Wall Street, según Di. Tenía ciudadanía china y una residencia permanente registrada en Beijing, añadió.
Un reportaje de los medios de comunicación estatales chinos elogió el evento después: «El 17 de septiembre de 2015, la librería acogió al embajador chino en Estados Unidos, Cui Tiankai, y a un alto funcionario del gobierno chino para una discusión sobre el libro de Xi sobre el gobierno de China».
Esta anécdota fue sacada más tarde de la transmisión de Guan Video del discurso de Di.
La administración Trump ha tratado de restringir los lazos financieros con las empresas chinas, citando los riesgos de seguridad nacional. Más recientemente, Trump emitió una orden ejecutiva prohibiendo las inversiones de EE. UU. en un grupo de empresas con vínculos con el ejército chino.
Los reguladores estadounidenses también están trabajando en una propuesta para exigir que las empresas chinas que cotizan en las bolsas de valores de EE. UU. se sometan a auditorías, según los informes de los medios de comunicación. Los reguladores de Beijing se han negado a permitir las inspecciones de auditoría sobre la base de que los libros contables de las empresas chinas son secretos de estado.
Había 217 empresas chinas que cotizaban en las bolsas de Estados Unidos, con una valoración total de mercado de 2.2 billones de dólares, hasta el 2 de octubre, según la Comisión de Revisión de Economía y Seguridad Estados Unidos–China.
Algunos legisladores y expertos financieros de EE. UU. han criticado a las empresas y compañías financieras estadounidenses por ignorar los abusos de derechos humanos del PCCh en la búsqueda del mercado chino.
Este año, gigantes financieros de Wall Street como JP Morgan Chase y Goldman Sachs han aumentado sucesivamente sus activos en China continental.
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