¿Cuál es la postura de Biden y Trump hacia el Partido Comunista Chino?

Por Bowen Xiao
09 de septiembre de 2020 12:51 AM Actualizado: 14 de septiembre de 2020 10:17 AM

El candidato presidencial demócrata Joe Biden y el presidente Donald Trump tienen diferentes enfoques cuando se trata de lidiar con el Partido Comunista Chino (PCCh).

Los asesores políticos y analistas de China señalaron la historia de décadas que tiene Beijing con Biden, quien como senador estadounidense apoyó la entrada de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, lo cual condujo a unas relaciones comerciales regulares y permanentes con Estados Unidos.

Beijing ha sido acusado durante mucho tiempo de explotar su posición en la OMC como una «nación en desarrollo» al participar en una avalancha de prácticas comerciales desleales, lo cual funcionarios y expertos de la administración Trump lamentaron que haya quedado impune en gran medida—al menos a través de las normas actuales de la OMC.

Biden ha ido criticando cada vez más abiertamente al régimen por sus violaciones de derechos humanos, mientras que su campaña lo ha retratado como alguien que se enfrentaría a China económicamente. Trump, mientras llegaba a un acuerdo comercial con China, ha sido un feroz crítico de sus abusos contra los derechos humanos, reuniéndose con las víctimas de la persecución comunista en el Despacho Oval. Trump también ha planteado repetidamente la posibilidad de desvincularse de China para poner fin a la dependencia de la manufactura china por parte de EE. UU.

La forma en que ambos tratan con el PCCh «difiere en aspectos fundamentales, especialmente en lo que respecta a la economía», según Brian Kennedy, presidente del «Comité sobre el Peligro Actual: China» y autor de «Communist China’s War Inside America» («La guerra de la China comunista dentro de Estados Unidos»).

«El presidente Trump cree que China representa una amenaza económica para la clase media estadounidense y para nuestra futura prosperidad como país», dijo a The Epoch Times. «El vicepresidente Biden es un globalista que cree que hay que anteponer los intereses económicos del mundo, especialmente de las naciones en desarrollo, a los de Estados Unidos».

«Desafortunadamente, [Biden] también considera a China como una nación en desarrollo», añadió. La campaña de Biden no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios de The Epoch Times.

Trump está responsabilizando al PCCh por su robo de propiedad intelectual, mientras que con Biden, «se ve un deseo continuo de asegurarse que la RPC [República Popular China] tenga acceso a Wall Street», añadió Kennedy.

En 2013, la administración Obama permitió que las empresas chinas invirtieran en los mercados de capital de EE. UU. sin que los reguladores de EE. UU. inspeccionaran sus libros, luego de reuniones entre los funcionarios chinos y Biden.

Michael Johns, exredactor de discursos en la Casa Blanca para George H.W. Bush y analista de política exterior de la Heritage Foundation, dijo a The Epoch Times que Trump comprende cómo China ha manipulado su rol en los organismos internacionales y cómo «está utilizando esfuerzos agresivos y sofisticados para expandir su influencia militar, de inteligencia y económica a nivel mundial».

Bajo el mandato de Trump, Estados Unidos se retiró oficialmente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en medio de las preocupaciones de que el organismo estuviese fuertemente influenciado por el régimen chino.

En cuanto a la relación de Biden con China, no podría haber una diferencia más clara, dijo Johns, quien dijo creer que no hay duda de que Biden «aprovechó» sus relaciones con el PCCh «para el beneficio financiero directo de su hijo», refiriéndose a Hunter Biden. Esto se contrapone con las advertencias de Trump, las cuales se remontan a décadas atrás, acerca de cómo China estaba «buscando conscientemente destruir nuestra base manufacturera», dijo.

Biden y su hijo, quien una vez fue miembro de la junta directiva de una empresa de capital privado respaldada por China, han negado públicamente cualquier acto indebido en lo que respecta a China.

«A lo largo de sus 47 años de carrera en Washington, Biden se ha dedicado a apoyar (…) una de las mayores mentiras de política exterior jamás dichas: que el ascenso económico de China llevaría a una mayor moderación y liberalización en su enfoque con Estados Unidos y con el mundo libre, y en sus situaciones de derechos humanos en su propio país», dijo Johns.

Mientras que la economía de China ha crecido de unos «USD 300,000 millones en 1980 a USD 14 billones el año pasado», sus dirigentes comunistas «se han vuelto más, no menos, agresivos», dijo Johns, y añadió que el PCCh representa ahora una de las «situaciones de derechos humanos más horribles de cualquier país».

Los oficiales de inteligencia de EE.UU. concluyeron que Beijing quiere que Trump pierda este año. Los medios estatales chinos han expresado abiertamente su apoyo a que Biden gane la presidencia, diciendo que sería «más fácil de tratar» para el régimen que Trump.

Antecedentes con el PCCh

Blair Brandt, un asesor político, dijo que desde la veracidad de la posición, antecedentes o planes futuros, Trump reconoce claramente la amenaza que China representa, mientras que Biden conserva la actitud de las administraciones anteriores.

«Trump ha demostrado una y otra vez que fundamentalmente entiende y está dispuesto a enfrentar la amenaza existencial del ascenso de China, mientras que Joe Biden parece complaciente de dejar que el status quo reine», dijo Brandt a The Epoch Times.

«Ya no podemos permitir que las empresas y los puestos de trabajo estadounidenses, que deberían estar dentro de nuestras propias fronteras, ayude al crecimiento económico de China, el cual irónicamente está siendo utilizado para amenazar nuestra seguridad nacional en el campo militar y el ciberespacio», añadió.

Biden inicialmente minimizó la amenaza que representa China. En un mitin de campaña en Iowa en mayo de 2019, Biden dijo, «¿[Que] China va a comerse nuestro almuerzo? Vamos, hombre».

«Es decir, ya sabes, no son malas personas, amigos», dijo Biden en ese momento. «Pero adivinen qué, ellos no son competencia para nosotros».

Luego de recibir numerosas críticas por sus comentarios, su campaña adoptó un tono más duro hacia China.

La relación de Biden con el líder chino Xi Jinping es más profunda. Ambos se conocieron cuando Biden era vicepresidente. En 2015, Biden señaló que él y Xi «han tenido innumerables conversaciones privadas que van mucho más allá de los típicos puntos de discusión”.

«Le dije esto al presidente [Xi] luego de nuestras múltiples reuniones—que me quedé impresionado con la sinceridad del presidente, su determinación y su capacidad para manejar lo que heredó», dijo Biden.

William S. Bike, autor del libro «Winning Political Campaigns» («Ganando campañas políticas»), dijo que Trump creía que el intento de Obama de cooptar a China como socio estratégico fue un «fracaso» y que él había «tomado tanto un tono más duro como acciones más duras».

Si Trump es reelegido, Bike espera que el tono duro y las políticas «aumenten aún más».

«Si Biden es elegido, Estados Unidos no podrá volver inmediatamente a las políticas de los días de Obama de asociarse con China, ya que las relaciones son demasiado tensas», dijo Bike a The Epoch Times por correo electrónico. «En su lugar, Biden trabajará en aumentar la competitividad económica de Estados Unidos y fortalecer sus alianzas y asociaciones en el Lejano Oriente para ejercer una presión económica y diplomática externa sobre China para que se asocie con Estados Unidos».

En una mesa redonda de 2011 en Beijing, Biden dijo: «El presidente Obama y yo, damos la bienvenida, animamos y no vemos más que beneficios positivos que fluyen de la inversión directa de las empresas y entidades chinas en Estados Unidos».

La relación pasada de Biden con Xi también le dio la oportunidad de «construir una relación personal de trabajo con el presidente chino», según Bike.

Contrarrestar el PCCh

Durante la campaña de 2016, Trump prometió enfrentarse a China por sus prácticas económicas desleales. El enfoque del presidente durante su primer mandato fue una firmeza sin precedentes, dicen los analistas. Trump implementó un enfoque de seguridad nacional «de todo el gobierno» para contrarrestar la infiltración de China en Estados Unidos, un esfuerzo a gran escala que no se había visto en las administraciones anteriores de EE. UU.

Trump ha sancionado a funcionarios chinos en múltiples ocasiones, entre otras cosas, por apoyar la nueva ley autoritaria de seguridad nacional de China en Hong Kong y por los abusos de derechos humanos contra los uigures, y otras minorías.

El director del FBI, Christopher Wray, reveló recientemente que la oficina tiene actualmente más de 2000 investigaciones activas que se remontan al PCCh, lo cual supone un aumento de aproximadamente el 1300 por ciento en investigaciones de espionaje económico vinculadas al régimen chino.

Wray dijo que la oficina abre «una nueva investigación de contrainteligencia relacionada a China cada 10 horas».

El Departamento de Estado también ha reprochado la «guerra contra la fe durante décadas» por parte del PCCh, incluyendo la persecución hacia los practicantes de Falun Dafa. Asimismo, la administración Trump ha puesto en la lista negra a varias empresas respaldadas por China debido a los abusos de derechos humanos del régimen.

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